Descentrados Chile

La configuración de una contestación colectiva en la literatura de finales del siglo XX: Por la patria de Diamela Eltit

Fotografía: FLYNEUW

Por Catalina L. Castro
Estudiante de Lengua y Literatura (Universidad Humanismo Cristiano) con amplio sentido epistemológico, estético y social. Concibo la literatura como una herramienta crítica que promueve el conocimiento y el desarrollo humano.

 Por la patria (1986) corresponde a la segunda obra publicada de la escritora chilena Diamela Eltit. A modo de introducción, este es un texto híbrido que se desarrolla mayormente en un formato prosaico, articulando una multidiscursividad críptica que rescata las zonas desplazadas del ser latinoamericano y se encarga de reconfigurar el perfil de una época acosada por el signo violento en aquellos sectores de alta vulnerabilidad, es decir, los bordes urbanos; adquiriendo este espacio -en el texto de Eltit- el rol de un dispositivo que denuncia y se contrapone en todas sus formas y con firmeza a lo que significó la dictadura de Augusto Pinochet principalmente. También se pone en discusión otros mecanismos y figuras sociales presentes en la historia de Chile que han sido víctimas de las nociones hegemónicas y su avasallamiento sociocultural. Por una parte, torciendo la concepción de la familia a través de la imagen del incesto como símbolo de desarticulación institucional, y, por otro lado, el auto reconocimiento de la raíz indígena como gesto político reivindicativo, desarrollando ambas ideas por medio de una técnica discursiva empleada por el Colectivo de Acciones de Arte (CADA), del cual Eltit formó parte activa junto a otros artistas de la época.

Esta forma de construcción léxica críptica surge a partir de la necesidad de mantener a salvo esta producción estético-literaria del entendimiento de las instituciones y de la censura. Por la patria es un texto complejo ciertamente, pero pese a esto posee una fuerte trascendencia para la literatura latinoamericana, dado que los temas tratados por Eltit en esta obra constituyen la diversificación de los sistemas de opresión, logrando converger en un mismo texto literario: colectivizar el discurso de diversas nomenclaturas de lo subalterno y problematizando diferentes esferas sociales desde un mismo punto de partida y un mismo horizonte crítico, vale decir, hacer responsable a la Nación de aquellos sistemas de opresión y borramiento que se articulan desde lo hegemónico, con el propósito de poner en escena los horrores cometidos durante la dictadura,  des territorializando a  las y los sujetos populares de las nociones patrias hermoseadas e impuestas por el Estado como forma de develar aquellas experiencias borradas por el orden patrio, para que, de esta manera, sea posible una rearticulación de la identidad nacional.

Diamela Eltit es una escritora que se caracteriza por poseer una férrea y sofisticada agilidad discursiva, logrando que Por la patria opere como un dispositivo que provee un espacio desde el que se hace posible la problematización ideológica de los sistemas de poder y la articulación de una respuesta que no está cercada, sino que es una crítica que, por medio del recurso polifónico, permite la participación de otros sujetos sociales que se ven subyugados a diferentes sistemas de opresión  La voz narrativa , en este caso, Coya/Coa es quien da cuenta de múltiples reformulaciones de las nociones culturales tradicionales desde la matriz hasta la adultez, refiriéndome a la trayectoria que realiza la protagonista desde el vientre de la madre como territorio en el que logra percibir desde afuera ciertos mecanismos de negación sociocultural al origen indígena sustituido por nociones occidentales y la violencia patriarcal dentro del contrato matrimonial para luego, en la adultez ser capaz de desarrollar visiones críticas de estos constructos y de otras situaciones sociales que significan opresión, como las nociones de clase popular, la dictadura y el totalitarismo patrio presente en la década del 70 y 80.

El texto logra articular una mirada más amplia a los diversos sistemas de opresión, lo cual significa un desencriptamiento de la literatura femenina, es decir, la capacidad que tiene esta voz de reformar los tópicos literarios que se piensan propios de lo femenino y, por consiguiente, relacionados directamente con la ideología feminista, como por ejemplo, el desarrollo de la relación cuerpo-origen en cuanto al reconocimiento de aquellos rasgos del mestizaje que han sido borrados por la historia de Chile. Al puro estilo de Eltit, esta obra pone en escena la cara más sórdida del proceso que ejecutan los sistemas de opresión y, a la vez, se preocupa de realizar una contestación directa a las nociones de aquello que conforma la patria. La estética de Por la patria se conforma de una atmósfera oscura y nauseabunda, como pretendiendo similar el ambiente de la época de la dictadura militar y cómo esta fue percibida por los sectores populares al ser víctimas de redadas y de la persecución política, es esto último lo que provoca una inmediata sumersión, a pesar de su complejidad lingüística al momento de construir los nudos críticos. Sin embargo, es este carácter el que permite que la obra genere una ruptura en las formas tradicionales de escritura, produciendo un gesto directo al recurso comunicacional imperante que se manifiesta desde el cuerpo y el territorio a través de una voz que articula un relato que colectiviza las diversas formas de opresión.