Descentrados Chile

¿Qué está pasando en Bolivia?

Fotografía: © France 24

Por Javier Larraín Parada
Profesor de Historia

Son numerosos los cientistas políticos y sociales, así como estudiosos de la historia del continente latinoamericano y caribeño, que cada cierto tiempo fijan su mirada en la nación andino-amazónica por su capacidad de irradiación e influencia en los acontecimientos que pasan a desencadenarse en países vecinos.

A principios de este siglo, con la llegada de Evo Morales y el Movimiento Al Socialismo (MAS) a la presidencia, se confirmó tal condición en tanto el llamado Proceso de Cambio aperturó, junto a países como Venezuela, un ciclo político regional marcadamente nacionalista, popular, antineoliberal y antiimperialista, y en algunos casos anticapitalista y socialista.

Tras 14 años en el Ejecutivo, Morales vio interrumpido su mandato a causa de un golpe civil-militar en noviembre de 2019. No obstante, un año después el MAS retomaba las riendas del poder de la mano del economista y hoy primer mandatario, Luis Arce C. A continuación, visitaremos un reciente episodio que nos permite comprender la coyuntura del vecino país.

Golpe de Estado fallido del 26J

 El mediodía del miércoles 26 de junio de 2024 una caravana de al menos siete carros blindados multipropósito de origen chino ZFB-05Bew Star, con sus respectivas ametralladoras pesadas 12.7mm empotradas en sus techos, y entre siete y nueve militares fuertemente armados –con tenida de guerra y fusiles de asalto Garil– en cada vehículo, liderados por el exgeneral de Ejército y excomandante general de las Fuerzas Armadas de Bolivia (FAB), Juan José Zúñiga, y por los comandantes de la Fuerza Aérea, Marcelo Zegarra, y la Armada, Juan Arnez, se dispusieron a llevar a cabo un golpe de Estado con el fin de derrocar al presidente Luis Arce C. La cronología es la siguiente:

14:30 hrs. – Toma de la Plaza Murillo, sede del Ejecutivo, del Legislativo y del Gobierno, por parte de contingentes armados de las Fuerzas Armadas y la Policía Militar.

15:30 hrs. – Gasificación y disparos de los alzados contra la población civil y los trabajadores de la prensa concentrados en la Plaza Murillo.

15:47 hrs – Habla Zúñiga ante periodistas y anuncia la toma del Palacio Quemado y la conformación de un nuevo Gabinete Ministerial, además de confirmar que hará renunciar al Gobierno.

15:51 hrs. – A bordo de uno de los blindados, Zúñiga embiste la puerta de entrada principal del Palacio Quemado.

15:58 hrs. – El presidente Arce da alcance a Zúñiga en el pórtico de entrada del edificio, lo encara y tras breve cruce de palabras lo conmina a abandonar sus propósitos.

17:05 hrs. – El Gobierno releva de sus cargos a los tres comandantes y nombra un nuevo Alto Mando de las Fuerzas Armadas, a quienes ordena desactivar el golpe en curso.

17:30 hrs. – Zúñiga y sus pares se retiran de la Plaza Murillo en dirección a la sede del Estado Mayor del Ejército.

19:05 hrs. – Zúñiga y los complotados son capturados en el Estado Mayor, apresados y puestos a disposición de la Justicia, arriesgando ahora penas de hasta 30 años de prisión por delitos de terrorismo, sedición, atentar contra la vida del primer mandatario, entre otros.

A poco de comenzar la toma del Palacio Quemado el excomandante pronunció un mensaje dirigido al país: “…vamos a liberar a todos los presos políticos absolutamente, desde Camacho, desde Áñez, los generales, los tenientes coroneles, los capitanes, los mayores que se encuentran presos. Ese es el pedido de las Fuerzas Armadas, del soldado de a pie, y lo vamos a cumplir. Nosotros queremos restablecer la democracia. Basta de que unos cuantos se han adueñado… miren dónde nos han llevado, nuestros niños no tienen futuro, el pueblo no tiene futuro”. Sus palabras estaban dirigidas a sumar a otros miembros del Ejército, a líderes de los partidos derechistas, a dirigentes gremiales protagonistas del golpe de 2019, a grupos paramilitares de extrema derecha y a ciudadanos disconformes con la actual situación económica, social y política del país. Tampoco hay dudas de que desde el primer minuto no encontró oídos receptivos y quedó en completo aislamiento, viendo frustrados sus planes.

Con todo, un elemento a considerar es  que la burguesía bien pudo extraer una radiografía de los sucesos que le resulta auspiciosa: 1) Comprobaron la ausencia de un plan defensivo por parte del Ejecutivo y que primó un accionar popular puramente espontáneo; 2) Confirmaron la absoluta división de las fuerzas sociales, en particular del MAS[i], sobre todo a partir de un nuevo impasse ya que la fracción evista califica de “show” y “autogolpe” lo ocurrido, y la fracción arcista insiste en la narrativa de “alzamiento militar” y “golpe de Estado fallido”; 3) Midieron la capacidad de reacción de los movimientos sociales y futuros focos de conflictos; como también quiénes son los militares “patriotas” reticentes a violar la Constitución (¿será que la derecha los buscará depurar para asegurarse de sostener un Ejército disciplinado, sin fisuras e ideológicamente alineado con sus objetivos?); 4) Ratificaron su convicción de que, ante otro hecho de estas características, es altamente improbable que las bases de apoyo del Proceso de Cambio cuenten con una estrategia defensiva y, lo más importante, un mando único; 5) Se han dado cuenta de que numerosos dirigentes de progresistas y de izquierdas, así como una parte considerable de la ciudadanía, descreen en que pueda haber un golpe de Estado y más bien han normalizado y satirizado la cadena de hechos de la jornada.

Para la titular de la Presidencia, María Nela Prada[ii], la asonada solo pudo ser sorteada porque “hubo una reacción inmediata del pueblo. Lo que más valoro es su alta consciencia en torno al rechazo a quienes atentan contra nuestra democracia, ya que le ha costado vidas, sangre y luto recuperar la democracia, justamente gracias a la unidad, a la lucha y a la consciencia”.

Con todo, puntos a favor y en contra del Gobierno, la situación política y social en el último mes ha visto acelerado su deterioro, profundizándose la división del oficialismo entre adherentes de Arce y Morales, además de un boicot desde la Asamblea Legislativa (que impide aprobación de créditos al Gobierno, etc.), paros gremiales y, a la hora de escribir esta columna, cortes de carretera organizados por camioneros en demanda de mayor oferta de diésel y dólares, en un todo que ha derivado en pedidos de acortamiento del mandato Presidencial en el que confluyen desde la extrema derecha, agrupaciones filo fascistas de Santa Cruz y el sector liderado por Morales.

Mientras tanto, resulta indiscutible que Bolivia vuelve a ser apetecida por el imperialismo yanqui. Esto debido básicamente a tres motivos: 1) Estados Unidos ha demostrado que no está dispuesto a aceptar que potencias extracontinentales influyan económica, política o ideológicamente en ningún país de América Latina y el Caribe. En este caso, los recientes acuerdos suscritos entre Luis Arce y Vladímir Putin en materia energética, tecnológica, comercial, educativa y deportiva; además de los convenios firmados entre la nación sudamericana con países como China e Irán, son inadmisibles para Washington; 2) Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos, en territorio boliviano habría reservas de litio del orden de 21 millones de toneladas, ubicándose como el mayor repositorio mundial de este mineral. Por el cual ha despertado público interés en reiteradas ocasiones la jefa del Comando Sur, generala Laura Richardson; 3) Bolivia ha suscrito convenios con China y Rusia para la extracción e industrialización de su litio. Por ejemplo, la compañía rusa Uranium One Group, parte de Rosatom, ha firmado un acuerdo con la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) para invertir 450 millones de dólares en una planta piloto de escala semiindustrial en el Salar de Uyuni y construir una planta piloto con tecnología de Extracción Directa de Litio capaz de producir 14 mil toneladas anuales.

En síntesis, actores externos e internos vuelven a amenazar la históricamente débil institucionalidad boliviana, país que en sus doscientos años de vida independiente ha padecido treinta y seis golpes de Estado de distintas características. Así como en 2019, la posibilidad de una ruptura constitucional y derrocamiento del Gobierno actual es cierta. De consumarse esto, ¿será que Bolivia, una vez más, se dispone a abrir un otro ciclo regional esta vez de sello derechista y antidemocrático?

[i] Ver: Correo del Alba. “Ministro Del Castillo y exsenadora Salvatierra frente a frente. ¿Es posible conseguir la unidad en el MAS?”, Correo del Alba, Nro. 124, diciembre 2023. En: https://www.correodelalba.org/2023/12/22/ministro-del-castillo-y-exsenadora-salvatierra-frente-a-frente-es-posible-conseguir-la-unidad-en-el-mas/

[ii] Ver: Larraín, Javier. “Ministra de la Presidencia de Bolivia, María Nela Prada, cuenta su experiencia en el golpe fallido del 26J”, Correo del Alba, Nro. 130, julio 2024. En: https://www.correodelalba.org/2024/07/15/exclusivo-ministra-de-la-presidencia-de-bolivia-maria-nela-prada-cuenta-su-experiencia-en-el-golpe-fallido-del-26j/