Descentrados Chile

¿El control adultocéntrico garantizará que los niños, niñas y adolescentes sean lo que tienen que ser?

Fotografía: Pinterest

Por David Órdenes 

Educador Popular. Director de la Corporación La Caleta y Facilitador del Movimiento MOVILIZÁNDONOS por una Cultura de Derechos de niños, niñas y Adolescentes en Chile.

 

Es imposible no partir este relato, sin el llamado urgente a lo que está pasando en GAZA. Y ahí nos preguntamos ¿quién se hace responsable del descontrol de los adultos y adultas que permitimos tanta masacre? ¿quién se hace responsable de permitir que Israel en sus gobernantes y sus aliados, siga matando niños y niñas y dejando que el hambre recorra sus escombros?

Por supuesto que dirán que esta no es la realidad de Chile, por lo que no tenemos que preocuparnos. La realidad de Chile en los medios de comunicación es el “descontrol de los menores” que hacen portonazos y o asaltan vehículos y otros.

La Caleta, organización no gubernamental1, cumple 40 años de trabajo en diversas regiones de Chile. Nació en la dictadura cívico militar trabajando con niños que inhalaban neoprén y que deambulaban en las calles de Santiago buscando saciar el hambre.

En ese periodo, el descontrol de la dictadura militar y la represión de los sectores populares era brutal. Desaparecidos, perseguidos, detenidos. Total, responsabilidad de un “estado militarizado”, que ya sabemos impactó a la democracia en Chile.

Han pasado sus años desde esta realidad, que por supuesto, no queremos que vuelva a ocurrir en el país y en ningún país especialmente de nuestra América Latina.

En lo que respecta a niñeces y adolescencias, recordar que pasaron 30 años para tener una ley de garantía de niños, niñas y adolescencias y estamos en pleno periodo de implementación, de “armonización” para que se haga realidad. Esto implica sobre todo “aterrizar todos los derechos y ni uno menos” a realidad de los sectores donde viven las niñeces y adolescencias. Para ello, la ley demanda que en cada una de las comunas exista lo que llaman las Oficinas Locales de Niñez. Estas oficinas tienen la responsabilidad de Estado de garantizar la promoción, la prevención y las atenciones a las vulneraciones de derechos de todos los niños, niñas y adolescentes en la comuna donde están implementadas. 

Anteriormente, recuerden que teníamos a las Oficinas de protección de derechos, que prioritariamente se encargaron con gran demanda de intentar “reducir las vulneraciones de derechos que niños, niñas y adolescentes que tenían en sus casas, en sus escuelas, y en la realidad cotidiana de sus vidas”. Es reconocido que no lo lograron, ya que la demanda y las listas de espera fueron y han seguido interminables. 

En este nuevo proceso, las OPDs. (Oficinas de protección de derechos), han tenido que hacer traspaso de todos “los casos” a las OLN (Oficinas locales de niñez), de manera de dar continuidad a los procesos anteriores y a la vez avanzar en las propuestas de desarrollar respuestas integrales a los derechos de niños, niñas y adolescentes.

La Caleta, ha seguido desarrollando procesos en diversos sectores populares de Santiago y en la Provincia de Arauco. Durante los años de la dictadura logramos cooperación internacional, que permitió desarrollar experiencias comunitarias en diversas poblaciones y que vinculados a la realidad popular contribuyeron a que niños, niñas y adolescentes, sus familias y comunidades acercáramos ciertos derechos de convivencia, de jugar, el alimento en ollas comunes y otros.

La política pública, con Ley de garantía, aún sigue centrada prioritariamente en la atención de “casos”, con mejor niñez, con programas vinculados a SENDA (drogas), Ministerio del interior, Subsecretaría de prevención del delito con su programa “lazos” y otros. 

Es fundamental preguntarnos ¿qué es lo que están requiriendo las niñeces y adolescencias en estos tiempos? La verdad es que no estamos respondiendo a sus procesos, a sus demandas y sobre todos a lograr que sean niños niñas y adolescente.

Durante varios meses la Subsecretaría de niñez no tenía los recursos para pagar a los profesionales de las OLN, y es conocido que los programas desarrollados por el Estado como son las casas de acogidas tienen el triple de recursos que los mismos programas son desarrollados por las organizaciones de la sociedad civil. 

¿Dónde está el descontrol que no permite que las niñeces y adolescencias e incluso las más vulneradas no tengan sus derechos garantizados por el deber que le compete al Estado?

Programas de corto plazo, con una complejidad administrativa, sin poder desarrollar procesos con niños, niñas y adolescentes, con una mirada profesional sesgada y en condiciones laborales a honorarios lo que hace que el impacto en la realidad de niños, niñas y adolescentes sea bajo y que no responde a la realidad que ellos y ellas viven. 

Los procesos de trabajo con las niñeces y adolescencias requieren continuidad, conexión con las comunidades donde ellos y ellas viven, trascender la escolaridad, llegar a sus relaciones de pares en sus comunidades y sus familias y aportar a que el tejido social en sus comunidades comprenda, a-aprenda a que los derechos de los niños y niñas se viven en la realidad y no en los papeles de las leyes. 

La ley de garantía demanda que el Estado tiene el deber de que todos los niños, niñas y adolescentes tengan el ejercicio pleno de sus derechos y con el máximo de recursos.

Es bueno preguntarnos ¿Están las condiciones para que las familias cumplan y aporten a los derechos de sus hijos e hijas? También es deber del Estado garantizar que las condiciones delas familias se den. ¿Están las condiciones comunitarias en las poblaciones para que niños, niñas y adolescentes se desarrollen en convivencia, tengan acceso a áreas verdes y a jugar como un derecho fundamental?

La verdad es que, en estos 40 años, La Caleta, nos damos cuenta, que esta sociedad en Chile aún sigue pensando que, “el control de las niñeces y adolescencias, DESDE UN ADULTOCENTRISMO CONTROLADOR” contribuirá a procesos de aprendizaje democrático y participativo en las niñeces y adolescencias”. 

La tarea está, en que los niños, niñas y adolescentes tengan una experiencia de participación protagónica en todos los espacios que les son propios, que sus familias tengan los medios económicos, los tiempos para ser familias. Que los dirigentes vecinales, las organizaciones sociales cuenten con las condiciones, la formación para que la solidaridad esté presente en los barrios y se multiplique la garantía de derechos en la realidad.

  1.  www.lacaleta.cl ↩︎