Descentrados Chile

Poner fin a la derrota política

Fotografía: Pinterest

Por Felipe Valdebenito Leiva 

Periodista, cientista social y habitante del Wallmapu

 

Para quienes no han renunciado a pensar y trabajar por un proyecto político que avance en transformaciones por justicia social, estoy seguro de que, enfrentarán las elecciones presidenciales con más incertidumbres que certezas. Lo anterior, intentando mirar una foto más amplia que el momento de las elecciones, intentemos mirar todo lo que pasó desde el estallido social hasta acá. 

Han pasado 6 años de la gran movilización social y debate público de las últimas décadas. Pasamos de la movilización, cabildos, asambleas, convención, elecciones, plebiscitos y más elecciones a reducir todo a un nuevo ciclo electoral. Tras todo esto, lo ocurrido en los últimos 6 años, ha faltado el tiempo para debatir, analizar, discutir ¿Qué pasó? ¿Cómo llegamos a enfrentar la elección más conservadora del último tiempo? Pasamos del estallido a un momento conservador, donde lo nuevo políticamente se acomodó, aceptó los límites y ha decidido ser parte del nuevo ciclo político que se abre a partir de las elecciones, constituyéndose en un partido más en alianza socialdemócrata. 

Hoy lamentablemente las demandas del estallido social están muy reducidas en el escenario político, incluso hay conceptos que ya no están, como la plurinacionalidad, ningún actor político la reivindica. Creo que ante todo esto falta rebeldía. Falta rebeldía para decir que las causas que permitieron el estallido social siguen presentes, que las demandas y propuestas siguen siendo legítimas, falta reconocer que una parte importante de la ciudadanía se sintió convocada e identificada con las demandas y que hoy es muy necesario resistir desde ahí para construir otro escenario que viabilice todo.  Esa ciudadanía, de la que me siento parte, estamos buscando sentirnos convocados a la acción para empujar un nuevo lugar político que fije banderas y se distinga en forma y contenido del progresismo, que apueste a lo electoral y desde ahí salga en defensa de lo avanzado para abrir nuevos caminos en la disputa institucional, de construcción colectiva, de sentido y cultural. 

Desde el estallido a la fecha en términos políticos ha sido derrota tras derrota para el campo social y político que sostuvo aquel momento histórico y no sólo hablo de lo electoral, sino de la derrota cultural y de sentido que hemos tenido los distintos sectores de las izquierdas y la ciudadanía que genuinamente quiso cambiarlo todo. La pregunta es en qué medida este ciclo electoral sirve para poner fin a esa derrota. Y claro que sirve, aporta con tribuna para hablarle al país, aporta con la posibilidad de ganar escaños para defender lo avanzado y abrir campos de disputa política nuevos, sirve para fijar posición, construir un lugar y volver a articular voluntades por un nuevo proyecto político que sea como el Chile que somos y que se ancle en una alianza programática relacionada a los grandes acuerdos políticos-programáticos construidos entre el Estallido y la Convención 1. 

Por lo anterior, es que se tiene que actuar en estas elecciones, pero no sólo quienes entregaremos el voto, si no aquellos candidatos y candidatas que sientan que hay que fijar una bandera y sostenerla entre todos/as ante la época más conservadora del siglo XXI. Sin miedo, con diversidad y rebeldía, nunca ha habido otro camino.