Microrrelato de Taína1
No podía acordarse de la fecha exacta de ese primer encuentro con la psiquiatra. Recordaba semáforos que cambiaban muy rápido, lo que iba a tono con su ansiedad por llegar; unos Cafés con personas vestidas casi iguales -eso sí-diferían en los colores de las corbatas.
Tenía la imagen de sí esperando, fumando más de un cigarrillo en el borde de una fuente, que le parecía ruidosa. Escuchaba cada sonido con tal intensidad, que hubiera creído que había consumido marihuana. Y eso le contó a la doctora. Y ella le hizo muchas preguntas, que le removieron las entrañas.
Después llegó el tiempo de las pastillas, las tres Heineken diarias antes de dormir, los excesos hasta en respirar, las terapias de llanto por amores de papel, la nostalgia a un ideal de familia, que solo existía en su cabeza, la culpabilidad como madre, la introspección como amiga, las deslealtades, la soledad y la angustia.
Y esa noche, tres años después, su madre le preguntó desde cuándo sabía que era Bipolar, y no supo decirle. Tenía pedazos de escenas sin conectar. Entonces no tuvo una fecha justa para darse lástima, ni para reír.
Su embarazoso cerebro le dio borrón a esa cita, donde había frío y pañuelos desechables.
Cuando olvidó la fecha empezó a entender que estaba aprendiendo a aceptarse. Y un código en dígitos dejó de ser relevante: veintiuno de enero -susurró- es el cumpleaños de mi Maga.
Y eso era lo importante que debía recordar.
- Taína: Nació en Holguín, Cuba, en 1986. Desde 2013 reside en Chile, país donde ha tejido su vida entre la docencia universitaria, el trabajo público y la escritura. Es fundadora y codirectora de la revista digital Descentrados.cl. Su cuento “De líquido a vapor” fue publicado en el libro Grandes pequeñas historias virtuales de cuarentena, del Centro de Estudios de la Administración del Estado (2020) Participa en el Taller literario de Poli Délano, dirigido por el escritor Eduardo Contreras Villablanca. ↩︎