Descentrados Chile

Susurros en Santiago

Fotografía: Digital Visión

Por Dilcia Mendoza[i]

 

–           ¡Los ojos están volando, Juana! ¡Juana!, los ojos, la sangre, ¡los ojos están gritando Juana!

Como la piel que vimos por la ventana cuando lanzaron la bomba nuclear en Hiroshima y Nagasaki, y creímos que era ceniza que caía del cielo, hasta que de pronto, la comprendimos en nuestras manos.

¡El espanto hizo trizas la inocencia, Juana! Juana, ¡mi ignorancia! ¡Debemos escondernos!, va a suceder lo mismo que antes, que siempre. ¡Corramos, Juana!, ¡van a venir por nosotros! ¿Nosotros? No, no, no. Esta vez son los hijos, nuestros jóvenes, los de ayer y los de mañana. No somos los dos, Juana. Hoy, somos todos.

Aunque los ojos estén en las calles harapientas, como una boca de incendio, tirados como las bolitas de cuando éramos chiquitos, ¿te acuerdas de que fuimos niños alguna vez y las risas nos hacían reír?

¡Juana!, los ojos me despiertan cada noche, agarrándome la guata de tanto susto. Pero ya no quiero dormir nunca más, no puedo dormir hasta que la dignidad se meta en la médula de los huesos y nos haga despertar a todos en todas partes de este pueblo enardecido.

[i] Dilcia Mendoza: Escritora, con un enfoque de género. Ha publicado los poemarios Poesía sensual (1999) y La libertad partida en dos (2018), y las narraciones Cuentos In-Mortales (2008). Ha participado en diferentes obras colectivas de poesía y narración editados por el Círculo de Escritores de La Legua.

Dilcia Mendoza