Por Karin Berlien Araos
Doctora en Ciencias Económicas, U Grenoble, Francia. Profesora Titular Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Encargada Unidad de Igualdad y Diversidad. Universidad de Valparaíso, Chile.
http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0051041.pdf
Estimado Pedro Vuskovic,
Disculpa si mi respuesta le llega con estos años de retraso, pero todavía no logro terminar de entender los tiempos de la internet.
Reviso el texto de su conferencia he intento imaginar cómo habrá sido el “Tercer Congreso Nacional de la Confederación de Pequeños Industriales y Artesanos”, en diciembre del 71, en el Gobierno de la Unidad Popular. Presentando un proyecto de transformación cultural y económica, cuántas ganas y vocación refundacional en sus cuerpos y amores. Cuántas personas comprometidas, cuánto coraje.
El primer lugar que enfrentas es la prensa y los medios, que intentan ensombrecer el programa de gobierno, que ya ha avanzado un año.
Insistes en “visibilizar críticamente a la participación monopólica de la gran industria/empresa privada, llamando al reconocimiento de la heterogeneidad económica, a la pequeña y medianas empresas, el artesanado”
Desde este lugar de la historia te puedo contar que han pasado más de cincuenta años y el diagnóstico no cambia, grandes empresas y fortunas, nacionales e internacionales siguen controlando el mercado de apropiación del capital que organizaron. Cada día quedan menos empresas con desarrollo industrial o de manufactura, ahora el retail en el comercio (con sus productos del trabajo explotado de los pueblos asiáticos) concentra el mayor aporte en el PIB del sector comercio. Y se suma con mayor aporte al PIB el sector financiero (25%), sector con capacidad de especulación, y por sobre todo sostenido en la generación de deuda y la vulnerabilidad de las personas. Sí, ya esto Veblen lo había anticipado.
Los problemas que indicaste les toco enfrentar entonces, se repiten:
- Desocupación
- Mala Distribución del Ingreso
- Inflación …. Y sobre este último comentaste:
“Los mecanismos de defensa están al alcance de las grandes unidades productivas, pero no tienen, las mismas posibilidades, el mismo nivel de acceso a iguales mecanismos las pequeñas y medianas empresas, mucho menos las labores artesanales.”
Y todavía, más aún las fortunas cuantiosas se permiten resistir períodos de crisis con ahorro, – habrías pensado que seríamos el país con más super ricos de nuestra Latinoamérica, 9 familias concentran el 16,1% de nuestro PIB- y como sabrás esas personas pueden tomar el control del sistema financiero, con más fuerza que Hacienda o el Banco Central, así el yugo de unos pocos sigue para las personas y sus organizaciones económicas, en este rincón.
La deuda y el control de las personas a través de la deuda, ha devenido en una nueva forma de esclavitud, en nuestro caso local de forma transversal. Cada día el sistema financiero consume más tiempo de trabajo de las personas, reforzado por un sistema de consumo exponencial al sistema de obsolescencia.
También te detuviste cuestionando…
“un tipo de desarrollo capitalista, que además tenía lugar en nuestro país bajo condiciones de una fuerte dependencia de intereses extranjeros”
De esa memoria somos parte presente, hace apenas unos meses en Chile, en octubre del 2022 fue aprobado el TPP 11, con fuerte resistencia de las organizaciones sociales y ambientales por el poder que otorgan a las empresas multinacionales frente a las unidades productivas locales y sus genuinas demandas por derechos de protección de la naturaleza y con ella el ecosistema ecológico y social.
Como no sonreír, y pensar que nos falta dialogar, contigo y con las y los otros tantos que ya no están, cuando te leo-escucho…
“A la empresa monopólica le sirven los pequeños productores, y que le fijen precios según sus costos… para absorber ella la diferencia.”
Que buen ejemplo para quienes piensan la economía, para quienes lo hacen de sus prácticas productivas, donde viven también la dependencia a materias primas, como también lo señalaste, porque por ejemplo para construir necesitamos todos los insumos del resto del mundo, incluso las y los artesanos traen el cobre de México, el mismo que nació en tu norte, viajó como piedra a China y fue a ser laminado a la tierra de mezcal, para volver en lámina con nosotras. ¿Lo habrías imaginado?, qué paso con la industria local, ¿y sus medidas de apoyo que nos pasó esto?
Y lo podríamos hoy ver en tantos otros sectores de la economía local, como el abastecimiento agrícola, en nuestro ejemplo actual: el precio de las papas – alimento clave en nuestra alimentación sureña– y ahí subieron los precios locales, después de tanta lluvia, y ahora, con ese precio alto, llegan las papas también desde Argentina a menores precios a los grandes compradores. Sumándose al precio local, los grandes compradores se apropian de los excedentes de la producción local, de las campesinas y campesinos, que ya han sido afectados por el precio de los fertilizantes, y la guerra en el norte…. Si ha pasado tanta cosa en estos años, como lo podrían saber entonces.
Y soñando que habría sido con que se hubieran permitido la propuesta económica socialista que te tocó liderar junto al compañero Allende, como si no hubieran sido estos últimos 50 años.
Si volviéramos el tiempo atrás, sacáramos ese momento cruel de la historia de nuestro país y la democracia hubiera seguido en sus bemoles:
Qué habría sido del: “Acceso al crédito mediante la estatización de la banca”. Habría sido otro sistema financiero, otra moneda, otras condiciones de intercambio. Tendrían que haber florecido las semillas de las rutas de intermediación Inca, seguro las imaginaste pasando por Antofagasta.
Pero los momentos históricos se impusieron a fuego y sangre y todavía las y los seguimos buscando: ¿Dónde están?, ¿Dónde quedaron?, en el mismo desierto, seguimos buscando.
La esperanza continúa, para que sean más empresas, producciones artesanales asociativas y con esa heterogeneidad, que indicaste, quienes puedan participar de los programas y redes que posibilita el Estado, como ente articulador y de fomento para la industria local.
Yo le agregaría que me gustaría fuera pensada para circuitos cortos, para posibilitar la autonomía económica, de alguna manera, para ser cautelosas y pensar una economía que frene el cambio climático. Tema que hoy nos asiste.
Y finalmente Pedro, pusiste a las personas trabajadoras al centro, me parece que también hoy luego de estos tiempos de extractivismo y acumulación de la naturaleza y las personas como parte de ella, te diría que tocaría agregar en ese centro los cuidados. Para el buen vivir.
Una economía para la naturaleza, las comunidades y las personas que forman parte de ella. Siento tanto ya no estén, siento tanto no podamos tener estas conversaciones personalmente.
Te saludo desde esta otra orilla del tiempo, con respeto y admiración por este texto que nos permites releer, y sobre todo la historia y coraje que hoy conmemoramos. Los procesos revolucionarios están siempre en nuestras acciones cotidianas y los globales nos siguen pendientes.
Me despido solidariamente, y salúdate de mi parte al Chicho y la Pame.
Karin