Descentrados Chile

A 50 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO
POR LA VIDA… SIEMPRE

Fotografía: Archivo Patrimonial de la Universidad de Santiago de Chile (USACH).

Por Francisco Rivera Tobar
Magíster en Historia de América Latina.
Universidad de Santiago de Chile.

 El martes 11 de septiembre de 1973, a las 11 horas, el presidente Salvador Allende, debía inaugurar la exposición titulada Por la Vida… ¡Siempre!

Víctor Jara, artista estable del Departamento de Extensión Artística de la Universidad Técnica del Estado, actuaría en el acto, mientras que el presidente -según señalan sus cercanos- anunciaría un plebiscito para distender el tenso momento político que enfrentaba.

Como es sabido, la inauguración nunca ocurrió. En la madrugada del día 11, los equipos de la radio de la universidad fueron atacados por fuerzas militares. Era la antesala al Golpe de Estado que se desarrollaría durante ese día. El campus universitario fue rodeado por fuerzas militares del regimiento Arica, provenientes de la ciudad de La Serena. Al día siguiente del Golpe de Estado, los militares atacaron con artillería de guerra el edificio de la Casa Central de la Universidad, donde se encontraba instalada la exposición.

La muestra tuvo su origen en agosto de 1973, a partir de una propuesta realizada por Enrique Kirberg en un acto que reunió a los rectores de las tres universidades de Santiago. En dicha instancia, el rector propuso realizar una campaña “por la vida, contra la guerra civil”, en consonancia con los acuerdos del ll Encuentro Nacional de Extensión y Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado, realizado en julio de 1973.

La actividad central de las Jornadas fue la creación de piezas gráficas para exhibir de manera simultánea en todo el país. La muestra estuvo conformada por una serie de 18 afiches de pequeño formato. En septiembre 1973, la exposición principal se montó en la explanada de la Casa Central de Santiago, ampliando y transformando la serie de afiches en carteles-vallas de gran formato.

El día 12 de septiembre la Casa Central de la Universidad, fue atacada con artillería de guerra destruyendo la exposición y parte de la estructura del edificio. Sin proponérselo la muestra fue la culminación del proceso de reforma universitaria en la Universidad Técnica del Estado, a la vez que en una premonición de los 17 años venideros.

¿Cuál es el motivo por el que se atacó con tanta fuerza el plantel? ¿Por qué la Casa Central de la Universidad fue uno de los tres edificios bombardeados en el contexto del Golpe de Estado? Para responder estas interrogantes debemos situar a la universidad en su tiempo.

El origen de la Universidad Técnica del Estado se remonta a la segunda mitad de la década de 1940, en un contexto de desarrollo marcado el fortalecimiento y expansión de la industria nacional. En este sentido, a la UTE le correspondía formar los cuadros técnicos para sostener los procesos de industrialización sustitutiva de importaciones.

A su vez, la creación del plantel vino a cumplir el anhelo de distintos grupos políticos y sociales, especialmente de los estudiantes reunidos en la Federación de Estudiantes Mineros e Industriales de Chile, creada en 1945, con el objetivo de promover la fundación de una Universidad Industrial, y cuyo primer presidente, Enrique Kirberg, sería dos décadas después el encargado de conducir el proceso de reforma universitaria en la institución.

Kirberg había ingresado en su adolescencia a la Escuela de Artes y Oficios, luego prosiguió sus estudios en la Escuela de Ingenieros Industriales donde se desempeñó como profesor y dirigente gremial. Desde esa posición fue uno de los promotores de los procesos de industrialización nacional, y canalizó las demandas de distintos grupos de la población por acceder a la educación superior. La reforma universitaria en la UTE se inició en 1961 con la toma por parte de los estudiantes de la sede de Copiapó, a modo de protesta por la elección del director. Esta acción, fue la antesala de un proceso que desembocó en 1968 en la primera elección del Kirberg, quien puso en marcha del proceso de reforma universitaria.

En términos generales la reforma significó una modernización del plantel, de su estructura interna y una redistribución del poder en la institución. El proceso de democratización institucional convivió con un proceso de democratización de la sociedad chilena. Expresión de esto fue la firma en 1969 del Convenio entre la entonces Central Única de Trabajadores y la Universidad Técnica del Estado, acuerdo que se tradujo no solo en la incorporación de trabajadores a la educación superior, sino que también, la articulación de la universidad con las industrias nacionales. El rector Kirberg señala en sus memorias que hacia 1972 22 mil estudiantes habían ingresado a la universidad mediante este convenio.

En este proceso de vinculación con la sociedad, fue fundamental el rol jugado por la Secretaría Nacional de Extensión y Comunicaciones, encargada de plasmar la reforma universitaria, sus principios transformadores y su práctica pedagógica en la sociedad. Lo hizo principalmente a través de expresiones artísticas, como el teatro TEKNOS, el Teatro Nuevo Popular de la CUT, el circo minero, las cameratas, coros y conjuntos musicales, que desplegaban sus acciones en las ciudades grandes y pequeñas y en las industrias. Estas acciones fueron reforzadas a través del desarrollo de los trabajos voluntarios y de innumerables escuelas de temporada.

Fue el compromiso con las transformaciones sociales la que hizo que la universidad fuera uno de los principales soportes de la Unidad Popular, en tanto se vinculaba con su proyecto de desarrollo económico y social. Esta unidad se manifestó el compromiso de los estudiantes y explica las consecuencias del Golpe de Estado en su infraestructura y comunidad universitaria.

Según el Informe de Verdad y Reconciliación de la Universidad de Santiago de Chile, 88 integrantes de la comunidad universitaria se encuentran en calidad de detenidos desaparecidos o de ejecutados políticos, mientras otros cientos estudiantes funcionarios y profesores fueron exonerados. El primer asesinado fue Hugo Araya, coloquialmente conocido como ‘el salvaje’ fotógrafo y camarógrafo herido de bala cerca de la espina dorsal que murió desangrado la noche del 11 de septiembre al no recibir asistencia médica. El último fue Jécar Negme, dirigente del MIR asesinado en 1989.

Entre una y otra muerte la sociedad chilena se neoliberalizó y también lo hicieron sus instituciones. En 1981, un decreto de la dictadura cambió el nombre de la Universidad Técnica del Estado, por el de Universidad de Santiago de Chile, con ellos no sólo buscaron cambiar su vocación, sino que también hacerla desaparecer del imaginario y de la memoria histórica nacional.

Sin embargo, la comunidad universitaria de la Universidad de Santiago ha logrado mantener viva la memoria de la UTE, reconociendo el aporte de esta institución para las transformaciones sociales. Ejemplo de esto es que el grito de los y las estudiantes continúa siendo el grito de la Universidad Técnica, su presencia se encuentra diseminada en distintas áreas de la institución y recorrerla significa transitar por las transformaciones sociales e institucionales que ha vivido Chile desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad.

En este recorrido histórico -y a propósito de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado- es que la actual Universidad de Santiago de Chile ha decidido inaugurar exposición a la que el presidente Allende asistiría aquel 11 de septiembre. La muestra se encontrará hasta octubre de 2023 en la explanada de la Casa Central, y se realizó siguiendo las dimensiones de la exposición original.

A medio siglo del inicio de una de las más oscuras épocas de la historia nacional, la exposición ha vuelto a traer sus colores, su magnificencia y su mensaje para que nunca más ocurran acciones como las de aquel 11 de septiembre de 1973, sino que por el contrario trabajemos de manera inclaudicable. Por la Vida… ¡Siempre!