Descentrados Chile

Biblioteca, Educación y Cultura Sorda

Fotografía: Patricia Andrade

Por Patricia Haydée Andrade Soto
Bibliotecóloga y Gestora de Información
Colaboradora en Colegio Dr. Jorge Otte Gabler de la Fundación Instituto de la Sordera 

 Uno de los mayores privilegios de la profesión de bibliotecólogo/a es administrar información y hacerla accesible a sus destinatarios, pero, ¿Qué pasa cuando esos destinatarios pertenecen a una cultura minoritaria como la cultura sorda? En este caso, dependerá de las habilidades individuales de cada profesional y del interés en formarse profesionalmente para una adecuada atención a estos  usuarios.

En el plano educativo, es un desafío que debe resonar como un llamado de alerta y considerarlo como una responsabilidad social propia de este siglo XXI , era del conocimiento, información y tecnología.

En el mejor interés de colaborar con los estudiantes sordos y que puedan acceder a los recursos que desde la biblioteca pueden aportar a su desarrollo integral, es preciso mejorar los servicios, atendiendo a los avances que la misma Ley N° 20.422 del Estado de Chile reconoce, señalando en su artículo 27 que: “Las bibliotecas de acceso público deberán contar con material, infraestructura y tecnologías accesibles destinadas a personas con discapacidad de causa sensorial, considerando facilidades, ajustes necesarios y prestación de servicios de apoyo para la atención de estos usuarios”. (Ley Chile N° 20.422, 2010).

Por ello, todo cuanto contribuya a visualizar lo que en el texto establece derechos fundamentales, es prioritario y fundamental.

¿Estamos preparados para cumplir la normativa?

Ciertamente, no. En las mallas académicas que ofrecen la carrera de Bibliotecología en Chile, ya sea a nivel técnico  o profesional, no se encuentra la asignatura de Lengua de Señas Chilena; a pesar que es conocido el desempeño del profesional bibliotecólogo en el área de la educación, la mirada inclusiva e integradora no ha llegado a plasmarse como una herramienta necesaria en el perfil de egreso.

Bajo el prisma de una mirada humanista su incorporación debiera ser propuesta, sobre todo si consideramos que de acuerdo al censo del año 2012, en Chile existen 488.511 personas que tienen sordera o dificultad auditiva, (Instituto Nacional de Estadísticas, 2012); en tanto, el II Estudio Nacional de la Discapacidad del año 2015, destaca que el nivel educacional alcanzado por las personas sordas es muy bajo si se compara con el total de la población. Allí se menciona que “El 59% de los adultos sordos no tiene estudios más allá de la enseñanza básica; un 6,84% no tiene educación formal, un 33,33% tiene enseñanza básica incompleta y un 18,8% completó la enseñanza básica”. (Servicio Nacional de la Discapacidad, 2015).

Si, “…El Estado reconoce y se obliga a promover, respetar y a hacer respetar, de conformidad con la Constitución, las leyes y los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes, los derechos culturales y lingüísticos de las personas sordas, asegurándoles el acceso a servicios públicos y privados, a la educación, al mercado laboral, la salud y demás ámbitos de la vida en sociedad en lengua de señas.” (Ley Chile N° 21.303, art. 26, 2021); entonces, la consigna sería, preparar a los profesionales y trabajadores para un buen desempeño en el cumplimiento de sus funciones, como es el caso, de los profesionales bibliotecólogos/as en el área de educación.

¿Qué se requiere?

Dejar de mirar este norte que se propone como una utopía. ¿Qué tal, si sumamos al inglés, – por cierto, fundamental, pero que a través de los avances tecnológicos permite traducciones y comunicación instantánea-, la lengua de señas chilena?

Las políticas públicas de Chile, en especial las educativas, en el cumplimiento de su misión, tienen la oportunidad de fortalecer e implementar, sobre la base del establecimiento de una verdadera justicia social, la enseñanza de lengua de señas chilena y cortar la soga de discriminación que asfixia al ahorcado impidiéndole comunicarse, para entregar la riqueza de sus valores, su gramática, su capacidad de expresión visual, la originalidad y creatividad con que se planta ante la adversidad que le presenta una cultura mayoritaria oyente, ante la cual permanece invisible; porque no se puede reconocer a simple vista a una persona sorda y porque nos hemos acostumbrado culturalmente a los “tratamos, pero no se pudo realizar”.

Querer es poder y la voluntad unida a la práctica de profesionales competentes que toman decisiones país, debiera asumir este llamado desde las manos que hablan y se alzan con fuerza para superar barreras y crecer, como crece un árbol cuando lo riegan y extraen las malezas a su alrededor.

¡Vamos por un aprendizaje de lengua de señas para profesionales bibliotecólogos/as y para todas las personas que quieran construir una sociedad mejor, donde la inclusión tenga los nombres y los rostros de esas 488.511 personas sordas a las que les debemos brindar la oportunidad del acceso a la información, para que nuestra Ley no sólo sea una sumatoria de contenidos normativos, sino una praxis que permita alcanzar el más importante nivel de desarrollo, el desarrollo humano.

He aquí la propuesta, está lanzado el guante, ¿Quién lo recoge?

  Referencias

Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, Historia de la Ley N° 20.422. Art. N°27. Establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad. Disponible en: https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1010903

Lissi, M. R., Bacigalupo, F., González, M., Escobar, V., Vergara, M., Varas, E. y Bonilla, Y. (2021). La exclusión de la comunidad sorda del sistema de atención en salud mental. Hacia un modelo que respete sus características culturales y lingüísticas. En: Centro de Políticas Públicas UC (ed.), Propuestas para Chile. Concurso de Políticas Públicas 2020. Santiago: Pontificia Universidad Católica de Chile, pp. 17-47.

Oyarzún, R. (23 de septiembre de 2021). Lengua de Señas Chilena como lengua natural: La realidad de la discapacidad auditiva en Chile. El Observador.  https://www.observador.cl/lengua-de-senas-chilena-como-lengua-natural-la-realidad-de-la-discapacidad-auditiva-en-chile/

Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, Historia de la Ley N° 21.303. Art. N°26. Establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, para promover el uso de la lengua de señas. Disponible en: https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1154963