Descentrados Chile

No nos rendiremos ante el fascismo. Un histórico #8M

Foto tomada por el Movimiento Feminista

Por Shirley Ruiz

Artista, Costa Rica 

En lo que tengo de asistir a marchas, no recuerdo haber estado en una marcha del #8M con tanta cantidad de marchantes como la tuvo este año 2025.

Y sí, Costa Rica, este país tan chiquitico y llenamos 9 cuadras, dicen que éramos alrededor de 10 mil personas.

¿Cuál fue el detonante para unirnos y salir a las calles?

Después de que el presidente Rodrigo Chaves y la ministra de la Mujer Cindy Quesada dijeran que sería una marcha insignificante porque las mujeres estábamos divididas, pues demostramos que la realidad y la historia es otra.

Este 2025, Costa Rica, el país sin ejército, ese país que dice en su himno: ¡Viva el trabajo y la paz! se ha manchado de sangre, ha sido el año más violento con escasos dos meses y una semana de haber iniciado, dos meses donde las muertes, los feminicidios, la desigualdad social, la falta de respeto y otro montón de circunstancias más han hecho que la paz se desvanezca por las alcantarillas de nuestras calles.

Costa Rica, ese pequeño país de Centroamérica, donde muchos lo ven como el paraíso afrodisíaco para jubilarse, hoy día en manos de algunos pésimos y avergonzantes políticos, nos han puesto en un lugar de incertidumbre y nos han robado la paz.

Hace unos días vivimos el caso de Valentina que apareció viva y parece que a algunos les molestó más que estuviera viva y no muerta. Kattia Castro Flores escribe: “Es urgente el reconocimiento de nuestra valía como mujeres. Se que podemos generar un cambio para evitar el sufrimiento de otras mujeres que como Valentina hoy es despedazada por una sociedad de doble moral que la responsabiliza de algo que le corresponde cargar a un hombre adulto irresponsable y agresor, el que muy probablemente debe estar siendo admirado por muchos otros hombres por su osadía”. 

LOS FEMINICIDIOS, esa palabra de la que muchos y muchas se burlan y donde se culpa a las mujeres por sus actos dando a entender que “morir en manos de sus parejas” es la consecuencia por sus “malas” decisiones, ha hecho que 25 mujeres en manos de hombres ya no estén con nosotras en lo que llevamos del año, han sido ASESINADAS, la mayoría, mujeres madres que dejan hijos/as pequeños y una silla vacía llena de dolor, rabia e impotencia en las distintas familias.

Las desapariciones no son casualidad, ni deberían normalizarse dice Angie Quirós Mora contándonos la historia de una madre que años después, cuando ya casi había perdido la esperanza, recibió una llamada desde Honduras. Su hija había logrado escapar y refugiarse en una casa donde la ayudaron. Lograron traerla de vuelta, pero la que regresó no era la misma niña que se había perdido: era una joven envejecida, desnutrida, víctima de trata, y que ni siquiera sabía que estaba embarazada.

La violencia se nota en redes sociales, se siente en las calles, se refleja en nuestras instituciones educativas como si fuera un orgullo el que nuestras acciones con tan pocos valores y principios sean el resultado de ser tan “ticos”. (Por eso tenemos un presidente tan corriente y pachuco).

Nuestro himno también dice: 

“Cuando alguno pretenda

Tu gloria manchar

Verás a tu pueblo valiente y viril

La tosca herramienta en arma trocar”

Cuando el poder busca imponerse con miedo, cuando la represión intenta sofocar la organización popular y los discursos de odio buscan dividirnos, ESPERANZAR —como decía Freire— se vuelve un acto de resistencia. No es una espera pasiva, es la certeza de que la realidad puede transformarse en nuestras luchas, en nuestra memoria y en la fuerza colectiva que nos acompaña.

Nos sostienen las comunidades que se organizan, los pueblos que defienden la vida, las redes que cuidan, las espiritualidades que liberan. 

Porque la justicia social no es un horizonte inalcanzable, sino un camino que tejemos juntos/as, paso a paso, en cada acto de dignidad rebelde (DEI).

Costa Rica demostró con su protesta, ser ese pueblo valiente y viril, fuimos un ejército de mujeres y hombres donde nuestras armas son nuestros tambores, nuestras insignias, nuestras canciones, nuestras risas, nuestros cuerpos y nuestro compañerismo.

Nos unimos sin importar el color de nuestra bandera política o ideología religiosa, sin importar las edades, sin importar nuestros colores de piel, juntos y juntas exigimos declarar ESTADO DE EMERGENCIA porque nos están matando, nos están desapareciendo y nos están abusando.

Defendimos unidos y unidas un país que con orgullo no tiene ejército, defendimos un país que nos ha dado el derecho de tener seguridad social y educación pública, un país que tiene garantías y derechos sociales que se obtuvieron con honradez y valentía. La historia no se olvida, el pueblo tiene memoria y no vamos a torcer los brazos ante el fascismo, ante el neoliberalismo y ante el poder económico que quiere silenciarnos.

Un #8M 2025 inolvidable, que le recuerda a este gobierno y a este país, que nuestras miles de voces fueron la fuerza unísona para decir que NO, que no vamos a dejar que nos roben la paz, que NO, que no vamos a vender nuestras tierras, que NO, que no vamos a dejar que nos quiten nuestros derechos, que NO, que nuestra vida es nuestra y nuestros cuerpos nos pertenecen y no se tocan, y que NO, que no vamos a vivir con miedo, porque el miedo no es más que la COBARDÍA del que no puede controlarnos.

¡Vivas, libres y plenas nos queremos!