Por David Órdenes
Educador Popular, director de la Corporación La Caleta y Facilitador del Movimiento MOVILIZÁNDONOS por una Cultura de Derechos de niños, niñas y Adolescentes en Chile
En general, podemos decir que, en Chile, hay alrededor de un 25% del total de personas menores de 18 años. Unos 5 millones de personas.
Y de inmediato podemos preguntarnos ¿Cuál es la intencionalidad política de este país llamado Chile, para avanzar en una propuesta concreta donde se les reconozca a los niños, niñas y adolescentes, como sujetos de derechos y no como objeto de protección?
Cuando se habla de derechos, de democracia, de ciudadanía, los niños, niñas y adolescentes no son considerados, es siempre pensando que el futuro, traerá consigo la concretización de ellos en sus vidas.
La verdad, es que, si los niños, niñas y adolescentes no tienen una práctica concreta en donde desarrollan sus vidas de procesos de participación y de vida democrática, es probable que la democracia en Chile continúe con las fragilidades que tenemos en la actualidad y las críticas que se hacen a las prácticas tanto de los partidos políticos, de las dirigencias sociales y del legislativo.
La vida cotidiana de los niños, niñas y adolescentes en sus familias, con sus pares, en las escuelas o liceos y en sus comunidades donde viven, deben ser los espacios concretos donde ellos y ellas se relacionen democráticamente y sean considerados en sus inquietudes, intereses y aportes.
Pero no sólo a nivel de lo local, sino también en procesos regionales y nacionales que afectan sus vidas, donde pueden aportar a que los derechos se hagan realidad.
La ley de garantía de derechos (21.430), recientemente dada a conocer en el diario oficial reconoce que: “Toda persona, institución o grupo debe respetar y facilitar el ejercicio de los derechos de los niños, niñas y adolescentes”. (párrafo 1, artículo 2).
Siendo unos de los derechos importantes, la participación, la Ley plantea: “Crear e impulsar canales de participación social de niños, niñas y adolescentes. Facilitar y promover la participación de la sociedad civil y sus organizaciones en el cumplimiento de los objetivos de esta ley”. (Artículo 2, letras e y d).
Se aplaude lo señalado, siendo un desafío cómo en la práctica se llevará a cabo, especialmente en donde los niños, niñas y adolescentes realizan las relaciones sociales y a la vez el desafío de hacer incidencia en todos los niveles de la vida nacional.
El Movimiento Movilizándonos por una cultura de la Niñez y Adolescencia en Chile, facilitado por la Corporación La Caleta desde el 2008, viene realizando diversas experiencias colectivas, que faciliten procesos de participación en incidencia política desde los niños, niñas y adolescentes, aprendizajes intergeneracionales y relaciones que aporten a cambios culturales en los adultos/as, dado el adultocentrismo que muchas veces no permite avanzar en propuestas comunes.
Además de la realización de acciones de incidencia desde los niños, niñas y adolescentes, lo importante es el trabajo con los/las adultos y adultas, que están relacionados en forma permanente con los niños, niñas y adolescentes, para hacer procesos que problematicen sus relaciones de poder y permitan una educación en la expresión, en la escucha y especialmente en lograr aportes, reconociendo a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de propuestas, demandas y prácticas de transformación de sus relaciones y de las prácticas colectivas de cómo vivir en sus territorios.
A continuación, comentamos en general algunas experiencias desarrolladas colectivamente desde las niñeces y adolescencias, comunitariamente e intergeneracionalmente.
1-. Los encuentros intergeneracionales. Hemos realizado diversos encuentros de niños, niñas y adolescentes con dirigentes sociales, con sus familias, en la perspectiva de promover y facilitar diálogos que analicen sus relaciones, las realidades de cómo viven y las propuestas para avanzar. Experiencias de aprendizaje conjunto, por ejemplo, respecto a cómo cuidar el medio ambiente y/o aprender técnicas de reciclaje u otros. La experiencia de participar en forma conjunta “a-prendiendo” experiencias donde están presentes niños, niñas y adultos/as, que conlleva el reconocer que podemos aprender en forma conjunta y que los niños, niñas y adolescentes ayudan, comparten los aprendizajes con los adultos/as. (Encuentros Intergeneracionales. www.movilizandonos.wordpress.com/documentos)
2-. La incidencia a la Ley de Garantía de derechos. Durante todos estos años, antes de que salga la Ley de garantía de derechos realizamos diversos encuentros con niños, niñas y adolescentes para que hicieran aportes a la Ley de Garantía.
Sus aportes, se centraron en derechos importantes tales como: el derecho a una educación de calidad y la salud; el derecho a la recreación; el derecho a tener una familia; y la participación.
Respecto a la participación nos comentan: “La participación es hacer valer nuestras opiniones y es que solicitamos al Estado chileno, respetar nuestro derecho a organizarnos en torno a nuestros intereses y necesidades libremente sin necesidad de ser interferidos por adultos, poblaciones y de libre acceso y que nuestras organizaciones tengan la misma importancia que las de los adultos” (Documento niños/as en el congreso agosto 2011 Estimados parlamentarios/as. 2011. www.movilizandonos.wordpress.com/documentos).
Sus aportes fueron presentados en Valparaíso a los diputados y senadores por ellos y ellas. Proceso que tardó, pero ha llegado. Ahora preguntan qué de ello se hará realidad.
3-. El informe alternativo al Comité de los Derechos de Niños, niñas y Adolescentes en Ginebra. Una de las últimas experiencias, tienen relación con la preparación y presentación del Informe Alternativo de aplicación de la Convención de los Derechos del Niño en Chile. Este proceso se desarrolló facilitado por el Movimiento Movilizándonos y con diversas organizaciones de la Sociedad civil (18), que facilitaron la coordinación de niños, niñas y adolescentes en este proceso.
Alrededor de unos 50 niños, niñas y adolescentes de diversas regionales del país (6), se reunieron en varias oportunidades para dialogar los temas de interés que consideraban eran importante visibilizar y que el Estado de Chile no cumplía para respetar los derechos de niños, niñas y adolescentes.
Siete de los niños, niñas y adolescentes presentaron en septiembre del 2021 al Comité de los Derechos del Niño, sus propuestas y que tuvieron relación con “el cuidado del medio ambiente, la violencia que se ejerce hacia ellos y a los niños y niñas mapuche, sus vivencias en educación y otros” (Informe Alternativo. 2011. www. movilizándonos. WordPress.com/ Documentos).
Todas estas experiencias educativas y de ejercicios democráticos, nos animan en el sentido de que van aportando al desarrollo de ciudadanías en la vida cotidiana y donde los niños y niñas reconocen aprender y ejercitar su participación y que promueven en concreto sus derechos.
En Chile, estamos viviendo propuestas de cambios importantes, que debieran ser pensados y concretadas en la perspectiva de las presentes y futuras generaciones. Una, Nueva Constitución en proceso, que les reconozca como sujetos de derechos; una ley de garantía que se aterrice a la vida cotidiana, que promueva derechos. Para ello, que haya una institucionalidad local, que son los municipios y que con urgencia debe contar con autoridad política y económica. Unido a esto, un cambio cultural de los adultos/as que establezca relaciones de reconocimiento a todos los niños, niñas y adolescentes menores de 18 años, que no solo sueñan con ser reconocidos como sujeto de derechos, sino que sus relaciones sean de respeto y la ternura se haga realidad en sus vidas. Que la promoción de derechos esté presente en la vida comunitaria y de cuenta de una vida amable y bonita para los niños, niñas y adolescentes en Chile.