Descentrados Chile

Guía educativa y psicológica para un proyecto en familia

Fotografía: Descentrados

Por Celia García Dávila
Maestra, Psicóloga y Psicodramatista

 Un juego divertido y organizado será el ritmo de este intercambio, un darse cuenta con sorpresa y con inocencia. Lo escribimos: la niña que soy y la madre que habita en mí, unidas por una manta mágica donde pudiera caber la infancia de este mundo.

Este será el hilo de los contenidos, un cuento infantil y un relato adulto. Fantasía y realismo de la mano para la toma de conciencia, y una explosión de quimeras luego de una buena carrera.

Una sentada a reflexionar y conversar con otras madres y con la historia personal. Una tomada de café y luego: ¡¡¡alarma!! hay que salir a mediar entre los muchos niños y niñas que rodean mi vida y que ponen a prueba la capacidad de tolerar, empatizar y bromear. Por tanto, jugaremos con lo obvio y lo naturalizado para cuestionar y levantar razonamientos necesarios, en función de una construcción más sana y más sincera.

Por ello entendemos que la magia y la sorpresa son cuestiones serias cuando de educación se trata. Los adultos necesitamos “reenganchar” con la infancia y el hogar. Vacilar el día a día, poniendo a las costumbres y a lo cotidiano en el centro de la familia: lugar primordial para el desarrollo humano y el bienestar. Las buenas maneras y el tiempo de calidad nos permiten cumplimentar los objetivos que como grupo queremos. Para el logro de esta propuesta debemos contar con la educación, elemento indispensable en la organización de los sueños.

¿Qué es la educación en familia? (la voz de un niño me susurra al oído). Es el amanecer obligado y a veces atormentado de las familias que crían y cuidan. Es un cuento de hadas, que a veces teje historias dramáticas, porque las situaciones no resueltas de los adultos, ese día, liderean la dinámica familiar. Y entonces las hadas tienen que polvorear más brillito, para adormecer a los animales salvajes del bosque.

Por esta razón, la crianza es un concepto y a la misma vez un espacio concebido para vivir y convivir en sociedad. Es la plataforma para continuar la elaboración de una existencia coherente y reconfortante basada en una cultura de paz y de armonía. Es la creación misma depositada en nuestras manos de artistas para juntos colaborar con una obra que nunca dejará de irradiar. Un don, una interpretación divertida y crecida, es un cachumbambé donde hay que subir y caer. Un recurso, una lluvia de ideas dirigida hacia las potencialidades humanas, esas que nos ayudan a comprender mejor nuestras esencias. Las que sentimos cuando nacemos, crecemos, nos expandimos y aumentamos en miembros.

En el vínculo aceptado de estas confluencias está la propuesta más elaborada para acompañar la educación infantil. Ante este sueño-proyecto me motivé a juntar y organizar reflexiones sobre el tema. Recopilé interpretaciones del aquí y el ahora, del mundo cotidiano y sus muchas lecturas.

Contaremos en una primera parte de creencias y valores referentes a los roles de maestra, psicóloga y madre. Con la motivación de que tomen una pausa y cuenten sobre los roles que llevan en la familia y en la sociedad. Luego dedicaremos un segundo momento a recomendaciones y ejercicios a las familias interesadas en la educación infantil. Haremos un listado de las mismas y dejaremos las plecas abiertas para que ustedes continúen su propia lista.

Creencias y valores referentes a la educación de niños y niñas

 Cómo podemos llegar a ser madres y padres con un olvido tan profundo de los niños y las niñas que fuimos. Es la primera interrogante que lanzo siempre a las madres, mayoría en la solicitud de acompañamiento psicológico para educar con más amor y certezas a sus hijos e hijas. Y es que reconectar con los niños y las niñas que fuimos, no solamente para ser buen padre o madre, sino para la vida en general, es un principio para el desarrollo del rol progenitor. Al resignificar las vivencias del pasado hacemos puentes con el presente e incidimos en la toma de decisiones.

Esto representa una vuelta a la raíz, una forma de hacer contacto con el inicio de nuestra existencia para comprender el aquí y el ahora que se vive en ocasiones sin evaluar. ¿¡Cómo podríamos hacerlo!?, les propongo una técnica: respiro y me atrevo a compartir mi diálogo conmigo misma y con ustedes entusiasmados por este viaje:

…qué dice mi niña interior, ese espíritu libre y fuerte:

    • Me persuade a tener mucha paciencia y a la misma vez me exige que esté alerta.
    • Me habla de soledades y de dolores que cuestan ser aliviados, pero que en compañía son más contenidos y entendidos.
    • Abrázame fuerte, es la mejor medicina a las angustias y las tristezas.
    • Cuídame siempre y ve enseñándome todos los días cómo dar pasos lentos pero buenos.

Entonces le respondo:

  • Todo estará bien, te daré mucho amor y entre las dos uniremos fuerzas para sanar.
  • Lo que te faltó hace años atrás, te lo doy hoy y juntas, de la mano caminaremos seguras y
  • Ayúdame a cuidar de los niños que me rodean, de mis hijos y sus primos, dame fuerzas para siempre poderles dar una respuesta.

Te invito a que converses con tu niño y también le hables. Esa búsqueda interior nos permitirá mirar a nuestros hijos con más realismo y comprenderles en su rol de niños. Es la posibilidad de dialogar de forma consciente: en el aquí y el ahora, pero también con vivencias que se han podido quedar congeladas en nuestra etapa infantil y que debemos darle otro sentido para educar mejor. Para esta construcción es importante rescatar, analizar, tejer símbolos cotidianos, dedicar tiempo y atención al rol de madre y padre desde los niños que fuimos. Este sería un primer elemento o principio.

En sentido inverso podríamos agregar que también es importante trabajar con nuestra infancia en su crecimiento sano y consciente. Empatizarlos con la labor de la madre y el padre que estamos siendo para generar más conciencia del proceso que está teniendo lugar.

Por esta razón entendemos que un segundo valor a tener en cuenta podría ser: El valor de la empatía, la práctica de ponernos en el lugar del otro, como uno de los condimentos de la creación de sentidos compartidos y grupales. Esa integración con el niño o la niña que fuimos para dar congruencia al adulto que somos y que debe enseñar, es un elemento crucial para desempeñar el rol de madre y padre. Recordar, mencionar e identificar el niño o la niña que fuimos posibilita la compresión del niño que elegimos educar.

¿Qué elementos de nuestra historia debemos sanar?
¿Qué tipo de educación quiero para mi proyecto: familia?
¿Qué principios educativos voy a tener en cuenta para la educación infantil?
¿Cómo voy a evaluar mi rol de padre y madre que educa y se educa?

Estos ejes son un mundo para trabajar; comenzar a mirarlos de cerca nos pone cara a cara con un tema indispensable en la educación: la salud psicológica.

¿Y qué es la salud psicológica en familia? (me susurra una niña al oído).

Es apostar por la magia y el equilibrio natural. Es respetar los ritmos propios y entablar diálogo con las velocidades de los demás. Es llevar la imaginación a la realidad y de la cotidianidad sacar nuevos conceptos: Formas diferentes de andar, oler, respirar, sentarse, conversar, hipotetizar, filosofar y rumear. Jugar con los sueños y ponerlos en práctica. Soñar con las metas y jugar con ellas.

La salud psicológica es reinventarse y fluir con los cambios y las transformaciones que ocurren dentro y fuera. Es respetarse y respetar, es nunca dejar de intentar y nunca dejar de aprender. Por esta razón, la salud mental es una cualidad, es una varita mágica que sabe dónde tocar y dónde está la necesidad. A la misma vez que un cuadro, foto donde podemos poner y quitar colores, formas, dimensiones para crear territorio e izar bandera. La identidad y la identificación que nombra y que distingue lo propio en el vínculo con los otros. Por tanto, es una espiral y también una estructura, emociones e ideas que se pueden debatir y cuestionar: escribir y modificar. Un taller psicológico y vivencial donde podemos recrear nuestra historia personal y familiar. Es una constelación con los miembros que la conforman, una escultura de lo que fuimos, una foto de lo que deseamos. Una esperanza de que todo puede ser mejor cada vez, que siempre tenemos una oportunidad para cambiar:

¡¡el sol no deja de salir!!

Y acá ponemos énfasis a una cuestión interesante, un ejemplo de cómo se puede vincular lo educativo y lo psicológico, cómo se enlazan y se corresponden para pensar y entender con más claridad lo que pasa en nuestro alrededor. Queremos llamar la atención en la importancia de las cuestiones tanto formativas como psicológicas para la educación en familia. Y cómo estas deben ir de la mano para crear vínculos estables y saludables. Por tanto, las personas en el rol de educadoras en el ámbito familiar tienen en primer lugar que tener una buena salud mental. Identificar cuáles serían sus solicitudes de acompañamiento psicológico, sería una cuestión a reconocer como un elemento favorable a la estabilidad emocional.

Como mismo un profesional de la salud o de la educación debe tener su proceso personal de seguimiento al rol que ejerce. Las personas que liderean el grupo familiar deberían contar con su espacio de sanación y superación personal. Listamos a continuación recomendaciones en post de estos objetivos.

Ejercicios y recomendaciones a realizar en familia

Un asunto interesante a poner en práctica en la educación para adultos es la “escuela para padres y madres”. El objetivo fundamental está en entrenarlos en los roles que ejercen en el grupo familiar. Listaremos algunas de las ideas que podrían ponerse en práctica a partir de las experiencias analizadas. Las escuelas de padres y madres pueden realizarse también en casa e incluir a todos los miembros. Específicamente con los adultos:

  • Entrenamiento en las temáticas del juego infantil.
  • Escenificación de la esperanza y la fe cuando es imaginada y soñada. Dramatizarla.
  • Establecimiento de rituales amorosos que creen costumbres de afecto y amor entre los
  • Creación en los ejercicios dramáticos del Territorio-espacio-casa y la necesidad de concientizarlo y transformarlo en post de la calidad de vida de la familia (con qué espacios contamos, cómo están dispuestos los muebles, electrodomésticos, los pasillos, los espacios para estar. Etc.).
  • Reflexión constante, como una actividad más, con el objetivo de evaluar los resultados

Específicamente con los niños y niñas:

  • El niño propone un juego de rol: viene con una taza de café y podemos tomar de ella.
  • Imita animales en su manera de expresión: Aúlla como un lobo. Aullamos juntos.
  • Cuando vemos que se va desmotivando con la actividad que está realizando proponemos cambio de actividad.
  • Jugamos al cambio de rol, ellos son las madres y nosotros los niños/as.
  • Cantamos juntos canciones infantiles de movimiento y de arrullo.
  • Jugar a lo que deseamos que Por ejemplo: cómo convertir esto que no salió bien en algo diferente y más bonito.

Recomendaciones:

  • Las actividades generales con los niños y las niñas llevan un toque de juego.
  • A los niños y niñas, todo debe ser explicado, por muy obvio que parezca.
  • Maximizar las consignas cuando es necesario llamar la atención.
  • Bajar la voz cuando ellos se presentan en un nivel alto emocional y necesitan paz.
  • Cambiar e inventar otra alternativa de juego o de situación cuando existan emociones contrariadas para el niño.
  • Desarrollar la codependencia entre los miembros de la Visualizándola como un todo, teniendo en cuenta a los que la componen.
  • Potenciar la participación y la disposición del espacio que se construye en familia.
  • Proyectar al grupo desde las metas y los propósitos que se idean juntos.
  • Ver a los niños como agentes de cambio: qué pueden aportar y cómo quieren crecer (…)

Dejamos abiertas las plecas para que sigamos profundizando en el tema. Comprendiendo además que los procesos humanos cambian y, por ende, esta exposición de ideas tendría que transformarse también. Por eso, insistimos en el análisis en familia, así como en la superación de los miembros que la componen. Sobre todo, en las personas que las lideran y tienen el rol de educadores/as. Recordando que estos roles deben rotarse e intercambiarse para que la estructura permita la estabilidad emocional y psicológica de sus miembros.

Emprender el proyecto de familia ha sido para mí una de las experiencias más bonita y completa. Algo que me mantiene activa, creativa, entusiasta y alimenta a la niña que soy, esa que no deja de reír.