Por:
Gonzalo Soto Guzmán
Universidad Central de Chile. Gonzalo.soto@ucentral.cl
Javier Ruiz Ríos
Universidad Central de Chile.
Las estrategias de disuasión, persuasión, coerción, coacción, entre otras, solían ser utilizadas por los grandes medios de comunicación como una forma de mantener cegueras discursivas en las personas, mantener a las masas miopes o semi informadas sobre situaciones y hechos que competen a la ciudadanía en múltiples dimensiones. Estas estrategias facilitaban varias acciones al sistema hegemónico, el control desde la desinformación y la mantención de saberes y privilegios que otorga el acceso real y oportuno al conocimiento en grupos sociales con cuotas de poder, quienes podían decidir y actuar en base a sus intereses amparados en los grandes medios como única forma de emisión de la información y de la supuesta verdad.
Afortunadamente, los movimientos sociales, que son propios de la naturaleza humana, han cuestionado históricamente las formas de transmisión de la verdad acerca de los hechos, siendo la duda, la estrategia utilizada por las masas que no son parte de grupos estratégicos para problematizar la verdad dicha y zanjada por quienes controlan los sistemas de poder; el pronunciamiento patriarcal de la única versión de los hechos otorgó durante siglos poder y control a grupos de élites quienes usaron (y siguen haciendo pero en formas distintas) a los medios de comunicación hegemónicos como un aliado silencioso en esta trama de desigualdad social.
Las epistemologías de la resistencia, son una corriente filosófica que describe las formas a través de la cuales las élites, amparadas en el discurso, intentan hacer creer a las masas (pueblo y ciudadanos naturales) sobre una única versión de la realidad; en este sentido, la teoría señala que los grupos de poder poseerían lo que se denomina “arrogancia epistémica”, es decir, una disposición de parte de estos grupos a creer y pensar que las masas o los grupos que tienen menos acceso al conocimiento (formal y tradicional) requieren ser guiados y orientados, siendo estos grupos los que dicen y deciden por y para estas colectividades.
Sin embargo, estas teorías también nos indican que la masa (o los grupos que no tienen acceso a todas las redes que poseen los grupos de élite) posee lo que se denomina “lucidez epistémica”, esto es, un aprendizaje que se gesta desde el cuestionamiento de la única verdad emitida por los grupos de privilegio. La lucidez epistémica dice relación con los aprendizajes populares, imaginarios y procesos de conocimiento que son minimizados y devaluados por los grupos hegemónicos quienes al ver estos como inferiores, produce en estos lo que estas epistemologías denominan “ceguera epistémica”; es decir, los grupos de élite en su narcisismo no ven cómo las masas producen y generar cuestionamientos y saberes que les permiten problematizar y no creer todo lo que indica la norma conservadora; la ceguera epistémica fortalece la lucidez epistémica de las masas, personas y colectivos que ven desde otros lugares las verdades enunciadas por quienes ostentan y desean el poder; es decir, la relativización de la verdad es lo que otorga la lucidez epistémica propia de los grupos que han intentado ser históricamente silenciados, así como a los ciudadanos comunes que intentan ser domesticados a través de los discursos emitidos por los grandes medios de comunicación.
¿Quién dice que los grandes medios dicen la verdad de forma objetiva sobre los hechos que conciernen a las personas y la ciudadanía de un pueblo, nación o colectivo? Las élites, en su intento por disciplinar desde el discurso.
¿Quiénes cuestionan a la verdad? Las personas en casi su totalidad, ya que el pensar y cuestionar no es solo un resultado del aprendizaje universitario o formal, estos atributos son propio de las personas, quienes en su transitar por la vida vamos desarrollando modos de comprender las verdades, aspecto que le es difícil comprender y aceptar por parte de los grupos de control social, ya que esto fisura al sistema donde el poder se basa en el manejo de la información.
Piense usted en los discursos frente al caso Macaya, si no tuviésemos lucidez epistémica, la única verdad sería que las víctimas fueron responsables del abuso establecido por este sujeto, la verdad descrita desde el discurso patriarcal daría cuenta de que fueron esos infantes los responsables de erotizar a un sujeto quien abusó de la ingenuidad propia de las infancias. La lucidez epistémica, la comprensión de las desigualdades, la problematización de las castas de poder y los conceptos propios del feminismo permiten a la ciudadanía aumentar esta lucidez y mirar de forma objetiva cómo el sistema patriarcal intenta mantener privilegios y evitar sanciones que cualquier persona debe cumplir en base a las normas societales y culturales.
¿Debemos justificar al Senador Macaya por lo que hizo el padre? ¿debemos comprender y justificar las razones que entrega este hijo en su desesperación, por los actos del padre y por ese motivo usa sus influencias para contactarse con otras personas que poseen cargos de poder e incidencia política en nuestro país? Organizar respuestas desde otro lugar al que desearían los grupos de privilegio es el resultado virtuoso de la lucidez epistémica que es propio de cualquier ciudadano. ¿Debemos creer lo que dice Nicolás Maduro? Las protestas y el descontento social en Venezuela y en el mundo dan cuenta del virtuosismo de la lucidez epistémica o del conocer… ¿Fueron las elecciones en ese país democráticas? La prensa formal y que tributa a los grupos hegemónicos da cuenta de la información en forma pseudo objetiva y alejada de opiniones personales ¿se puede ser objetivo y no neutral en casos como los descritos con anterioridad? Los medios de comunicación masivo pueden apelar a las líneas editoriales sin sesgos ni interpretaciones, ante estas posibles respuestas ¿hay otra forma de comprender estos hechos sin que la emoción no aparezca?
La lucidez epistémica permitió que en la insurrección social del 2019 en Chile aparezcan el mensaje de que la tele miente y que la verdad no es lo establecido por conglomerados privados que manejan medios de comunicación; creemos que el Estado ha contribuido en estos procesos hegemónicos al no tener una línea editorial clara respecto a temas sensibles para la ciudadanía. Afortunadamente, la prensa y los medios de comunicación alternativos existen con la lucidez que otorga ser minoría, miradas y apreciaciones que abordan las verdades hegemónicas desde los lugares que el grupo de privilegio no comprende por la ya descrita arrogancia epistémica y miopía del otro que no es parte del grupo de élite.
La única fuente de acceso al conocimiento no está dada exclusivamente por los grandes medios de comunicación, no hay nada más peligroso que “la única verdad”, sobre todo cuando esa verdad atenta contra los derechos de las personas y la ciudadanía… ¿y usted? ¿Qué piensa sobre lo que nos dicen los grandes medios de comunicación? ¿usará la lucidez o la arrogancia epistémica?