Descentrados Chile

Nueva migración, xenofobia y organización social migrante en Santiago: desafíos a la ciudadanía chilena en el siglo XXI.

Fotografía: Alexandra Faúndez

Por Dr. Nicolás Gissi B.
Departamento de Antropología, Universidad de Chile.

Desde el año 2010 se suele hacer referencia, crecientemente en Chile, a una “nueva migración”, distinta de los flujos de países vecinos característicos de los años noventa y principios del siglo XXI. Se trata en particular de personas nacidas en Venezuela, Colombia y Haití. Hoy son 7.7 millones de migrantes venezolanos que viven fuera de su país, de los cuales más del 84% se encuentra en Latinoamérica (6.5 millones), siendo Chile el quinto país de llegada en América del Sur después de Colombia, Perú, Brasil y Ecuador (OIM, 2024), representando el principal colectivo migrante, que consta hoy de un total de 1.625.074 personas en Chile, seguido de originarios de Perú, Colombia y Haití (INE y SERMIG, 2023). Durante los últimos seis años, en un ambiente político crispado por el repunte de la derecha en algunas elecciones políticas, la migración en Chile ha pasado de percibirse en la opinión pública como un asunto de Derechos Humanos, con desafíos en trabajo, salud, vivienda y educación, evitándose la producción de modos de vida vulnerables, hacia una narrativa que trata la migración como un “problema” de seguridad pública, designándola como la causante del aumento de la delincuencia e importación de crímenes hasta hoy poco conocidos en el país (CADEM, 2023), surgiendo el concepto de “crimigración” (Navarro, 2021), que articula crimen y migración.

Como veremos, esta visión le ha quitado cierto protagonismo a las tensiones que ocurren en el ámbito migratorio, especialmente entre las organizaciones de la sociedad civil migrante[1] y pro derechos de las personas migrantes, y la soberanía estatal (Arendt, 2009; Agamben, 2006), que tiende a asociar migración con inseguridad pública cuando se percibe que se está ante una llegada “masiva” y de perfil socio-económico bajo, la que aumentó desde 2020 (OIM, 2022). Es importante conocer los planteamientos (perspectivas, prácticas y propuestas) de estas organizaciones en un escenario pos-pandémico, donde los discursos migrantes son más heterogéneos que lo que se tiende a señalar, con contrapuntos y semejanzas según nacionalidades, momento y forma de ingreso al país, así como de género y generacionales, que expresan diversas demandas ligadas a temores y expectativas, y realizan prácticas organizativas, cívicas, religiosas, deportivas, artísticas y empresariales de distinto orden que disputan el presente y se proyectan hacia un mejor futuro. Este es el propósito que planteamos en esta columna, en el contexto de la implementación de una nueva ley migratoria desde 2022 y una política migratoria más bien securitista, operativa desde diciembre de 2023, conociendo cómo estos hechos y procesos son visualizados por dirigentes/as migrantes y por quienes participan en mayor o menor grado, así como la acción social ejercida desde las asociaciones.

Durante la última década se ha generado una interlocución desde el movimiento migrante con el Gobierno chileno, proponiendo alternativas a las medidas de política migratoria tomadas desde el año 2018. Junto a las solicitudes y propuestas de las organizaciones sociales por el acceso a derechos que pueda tener una persona en cualquier territorio, a nivel local se han producido formas de residencia y vecindad para enfrentar el mercado de la vivienda, el empleo precario y la falta de regularización, en el marco de una sociedad neoliberal hace ya cinco décadas. La mayor presencia migrante durante la última década ha implicado también una revalorización del espacio público en distintas comunas de Santiago, desplegándose imaginarios y prácticas de pluralismo y convivencia, que han tendido a tensionarse por el crecimiento de la inseguridad pública y la mixofobia o rechazo al intercambio social con extraños (Bauman, 2011), de muchos chilenos. Desde los barrios se han generado estrategias de uso compartido de las viviendas, los trámites migratorios y las oportunidades de trabajo, en que las asociaciones migrantes han cumplido un rol relevante de intermediación, creando actividades cada vez más desde los propios domicilios de los/as participantes.

La conjunción barrio-transnacionalidad hace aparecer desde abajo prácticas heterogéneas cada vez más visibles, aunque usualmente poco valoradas por los nacionales y las instituciones gubernamentales. Por ejemplo, en el barrio Santa Isabel-Matta, en Santiago-centro, y en otros territorios de comunas como Quilicura, Estación Central, Independencia, Recoleta y Ñuñoa, revelándose como significativas la densidad y diversidad de las aglomeraciones. Resulta interesante trabajar también con las juntas de vecinos, encontrándose distintas disposiciones sobre la convivencia nacional-migrante. A partir de trabajo etnográfico y entrevistas en profundidad, se pueden presentar resultados provisorios del Proyecto Fondecyt Regular Nº1220993, “Ciudadanías emergentes y organización social migrante desde el centro-sur de Chile: Imaginarios y demandas en el nuevo marco institucional”, en tres ejes discursivos: 1) Acerca del trabajo conjunto con instituciones públicas y las formas de incidir en éstas; 2) Respecto a la evaluación de la ley y política migratoria; y 3) Acerca de las actividades que realizan para mejorar la convivencia, aportando al desafío de la interculturalidad desde Santiago.

Sobre el primer punto, trabajo conjunto con instituciones públicas e incidencia: Se han generado varios documentos dirigidos a instituciones públicas haciendo observaciones sobre el proceso de regularización, trabas administrativas, problemas que tienen que ver con visas y solicitudes de asilo que se han rechazado. Se distingue entre un trabajo más político o más de asistencia, destacándose que en la Pandemia sí fue más orientado al apoyo comunitario por la situación de emergencia que se enfrentó. En este escenario, se destaca el trabajo colaborativo que se ha generado junto a ONGs, fundaciones pro-migrantes e iglesias en torno a mesas técnicas, ferias laborales, pues “hay muchos migrantes desasistidos”. Se plantea el derecho a migrar, la equidad de género, el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, el racismo y otras formas de discriminación. Se dictan cursos para motivar a que las personas puedan emprender y salir adelante. Se ha fomentado la participación también en las ferias interculturales. Se sostiene que “aún nos cuesta llegar a la institucionalidad”.

Sobre el segundo eje, evaluación de la ley y política migratoria: Tiende a sorprender que se están implementando las reformas en materia migratoria del gobierno anterior, desde la promulgación y aplicación de la nueva ley de migración y extranjería. Se espera que en el futuro haya mayor flexibilidad con las visas consulares…y que el tema migratorio se trabaje con un enfoque de inclusión social y no sólo a partir de la frontera nacional. Se manifiesta preocupación ante la burocracia estatal existente. El empadronamiento biométrico de 2023-2024 generó la expectativa de que se realice una nueva regularización, la que se sigue esperando. Se señala que se acercan muchos migrantes a las organizaciones, que en su mayoría ingresaron por paso no habilitado, siendo muy preocupante la salud mental, pues se ven desesperados, destacándose la importancia de que se respete el derecho a la salud como un derecho universal.

Sobre el tercer punto, convivencia chileno-migrante y desafío de la interculturalidad desde Santiago: Se sostiene que el principal desafío que hay en este momento es la inclusión social de los migrantes, pues, a pesar de que lleven varios años viviendo en Santiago, muchos todavía no conocen bien a la sociedad chilena y esa brecha tiene efectos negativos en unos y otros. Se destaca que en el futuro habrá generaciones más cercanas donde se pueden generar nuevas tensiones y, para evitarlo, hay que disminuir los estereotipos y xenofobia, mejorando la coexistencia y reconocimiento desde el diálogo intercultural. En este ambiente nacional, comunal y barrial, de mayor hostilidad, han crecido los comités de vivienda, juntas de vecinos con participación migrante y asociaciones de distinto tipo, así como grupos de interés y cuidado mutuo que buscan crear círculos de confianza, mejorando el hábitat desde una lógica comunitaria; sin embargo, éstos no alcanzan para presentar un frente sólido que incida en la discusión pública nacional. Las organizaciones crean actividades para conseguir recursos económicos, establecen vínculos con entidades gubernamentales y religiosas, y canalizan información sobre oportunidades laborales, pero “no dan abasto” ante el aumento de las solicitudes de ayuda.

Las luchas migrantes por el acceso a derechos, libertades y recursos, vindican, como señala Balibar (2013), la “democratización de la democracia”, destacando las asociaciones como intermediarias entre los colectivos migrantes, el Estado y la sociedad de llegada, a las que Lefebvre (2017) denominó como “espacios de representación”, en tanto sitios diferenciados (versus el espacio abstracto), y cuya acción social Cortina (2009) denominó como ciudadanía social, la que se complementa con la ciudadanía formal, produciendo emergentes formas ciudadanas que implican el desafío de articular liberalismo con comunitarismo,  logrando mínimos de justicia y bienestar para todos/as quienes residimos en Chile.

Referencias:

Agamben, G. (2006). Homo sacer: el poder soberano y la nuda vida. Valencia: Pre‐textos.

Arendt, H. (2009). La condición humana. Buenos Aires: Paidós.

Balibar, E. (2013). Ciudadanía. Buenos Aires: AH.

Bauman, Z. (2011). Daños colaterales. Buenos Aires: FCE.

CADEM. (2023). Encuesta Plaza Pública. Tercera semana de abril. https://cadem.cl/plaza-publica/

Cortina, A. (2009). Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía. Madrid: Alianza.

INE y SERMIG. (2023). Informe de Resultados de la Estimación de Personas Extranjeras Residentes en Chile al 31 de diciembre de 2022. Desagregación Nacional, Regional y Principales Comunas. Santiago.

INFOMIGRA. (2023). ORG MIGRANTES. https://www.infomigra.org/mapa-y-directorio-infomigra-org-migrantes/

Lefebvre, H.  (2017). El derecho a la ciudad. Barcelona: Capitán Swing.

Navarro, R. (2021). Prohibición de la crimigración por la irrelevancia de la condición de extranjero en el Derecho chileno, en R. Dufraix, R. Ramos y D. Quinteros, Securitización de las fronteras y criminalización de las migraciones.  Santiago: EJS.

OIM. (2022). Matriz de Seguimiento de Desplazamiento (DTM), Organización Internacional para las Migraciones CHILE, 6° Ronda, enero 2022. https://chile.iom.int/sites/g/files/tmzbdl906/files/documents/oim_dtm-ronda6.pdf

OIM. (2024). Situación regional migratoria venezolana. https://respuestavenezolanos.iom.int/es/situacion-regional-migratoria-venezolana#:~:text=La%20mayor%C3%ADa%20de%20los%20migrantes,%2C%20Brasil%2C%20Ecuador%20y%20Chile

SERMIG. (2024). Registro de Organizaciones Sociales. https://serviciomigraciones.cl/participacion-ciudadana/registro-organizaciones/#:~:text=El%20Registro%20de%20Organizaciones%20Sociales,y%20comunidades%20migrantes%20y%20refugiadas

[1] Algunas de las principales organizaciones migrantes, a nivel nacional y en Santiago, son: Coordinadora Nacional de Inmigrantes Chile, Red de Organizaciones Migrantes, Fuerza inmigrante, Organización de Latinoamérica Unificada, Asociación de Migrantes Latinoamericanos Chile (AMIL), Organizaciones de Mujeres Inmigrantes Warmipura, Movimiento de inmigrantes para el desarrollo, Espacio migrante, Asomigrante, Salud migrante, Red Refugiades y migrantes LGTBIQ+ en Chile, Esperanza migrante, Fundación Mujeres Migrantes, Fundación Damas Colombianas, Asociación Comunidad de Dominicanos en Chile, Asociación de Uruguayos en Chile, Asociación la Diáspora e Integración Latinoamericana, Asociación para la Integración de Personas en Movilidad Humana, Orienta Migra, Asolami, Inmigrantes Mayores, Mesa de Organizaciones Migrantes de Recoleta, Amigra. Amigos Migrantes San Miguel, Orgullo Migrante, Red de Periodistas Migrantes, ODEHC. Organización para el desarrollo y supervisión de los haitianos en Chile, Colonia de colombianos en Chile, Asociación de refugiados colombianos en Chile (OCORCH), Asociación inmigrante feliz, Secretaría de Mujeres Inmigrantes, Migrantas y Asociación Intercultural Miranda (INFOMIGRA, 2023; SERMIG, 2024).