Por Juan Pablo Rioseco Díaz
Periodista de la U. de Chile, Diplomado Socio Ambiental PUCV; fundador de la agencia editorial Sur 360°, creación de contenidos.
CAPÍTULO 1: ‘JAQUE A LA CONSTITUCIÓN’
Si bien la Constitución de 1980 venía cuestionada desde su instalación, recién en noviembre de 2013 aquello es manifestado en las urnas, con la campaña ‘Marca tu voto’ que alcanza el 10,3 por ciento. Esa elección determina la vuelta de Michelle Bachelet al gobierno. Y también la llegada de la ‘bancada estudiantil’ –Boric, Vallejo, Jackson, Cariola, Mirosevic– al Congreso.
Entre 2016, el buque parece tomar rumbo con la creación de cabildos y encuentros autoconvocados. Pero por estribor comienzan las marejadas. Ese mismo año los partidos UDI, RN, PRI, DC, PPD son abordados por el Poder Judicial por casos de cohecho y corrupción entre sus militantes -casos Penta, SQM, Corpesca entre otras-. Pero eso no es todo.
Durante el otoño de 2017, la coordinadora ‘No más AFP’ moviliza a dos millones de personas por avenidas de quince capitales regionales, y otras tantas cabeceras provinciales.
El 8 de marzo 2018, tres días antes que Sebastián Piñera asumiera el mando, desde un arrinconado Ejecutivo presentan la Propuesta Constitucional 2018. Aunque ahora la cocina del buque se ajusta bajo los lineamientos del nuevo Ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien apunta ante los círculos de corporaciones ‘No queremos que avance el proyecto de Bachelet’. El texto nunca es pasado por plebiscito, ni revisado por el Congreso.
Cuento corto. Octubre de 2019, andanada de protestas, incendios, saqueos. El domingo 20, Piñera dice ¡Estamos en Guerra! El viernes 25, la sociedad civil responde con la consigna ‘Chile Despertó’. Represión policial, cabildos autoconvocados. Ante el vacío de poder, el 7 de noviembre se reúnen en asamblea los miembros de la Asociación Chilena de Municipalidades, en la comuna de La Granja. Las alcaldesas, alcaldes y concejales salvan los muebles del navío, al acordar un llamado a Consulta Ciudadana. En ese momento, un sector amplio de la derecha chilena -inalterable defensora de la Constitución de 1980-, se rinde.
Foros barriales, sindicales, gremiales se animan a continuar con los cabildos. En los Concejos Municipales de las 345 comunas el tema central es si se pliegan o no a la Consulta. Alcaldes ilustres de los partidos de gobierno, como Lavín, Codina, Morales, Delgado, no solo se suman, sino que se ponen a liderar con entusiasmo el carril.
A la semana, los congresistas se alinean con la flota constituyente y firman el ‘Acuerdo por la Paz’ que da curso al Plebiscito Nacional por una Nueva Constitución. Entre los firmantes se encuentran los diez principales partidos, más el diputado Gabriel Boric, quien decidió firmar a pesar de la indefinición de su conglomerado Convergencia Social. Los partidos Comunista y Regionalista Verde, tampoco se sumaron.
En la Consulta Municipal del 15 de diciembre, participaron 2 millones de personas (resultados de la Consulta). Ante la pregunta ‘¿Está de acuerdo o en desacuerdo con que Chile cuente con una Nueva Constitución?’, el 92,4% respondió ‘de acuerdo’. Mejorar las pensiones, la salud pública, acceso y calidad de la educación, fueron las principales demandas expuestas.
El Plebiscito Nacional que era para el otoño -por la contagiosa Pandemia- es movido a la primavera, y por eso se lleva a cabo un 25 de octubre de 2020 (SERVEL). El ‘Apruebo’ arrasa con el 78 por ciento. Y seis millones de votos (79%) se inclinan por la opción más parecida a la ‘asamblea constituyente’, que es la de una Convención Constitucional.
La jugada municipalista de alcaldes y alcaldesas, más la reacción corporativa de los legisladores, compone un estrés ideológico para los partidos políticos; y sobre todo para el sector más conservador que no tiene ocasión de maniobrar jugada alguna.
En enero de 2021, el Servicio Electoral informa la sorprendente suma de 3.382 candidaturas presentadas para el organismo, 68 de las 86 listas inscritas provienen de movimientos declarados ‘independientes’. En la previa a la elección, el Ejecutivo -aún con Piñera en el poder- se trenza en una disputa tarambana con el Legislativo. La crisis económica y sanitaria moviliza al Congreso a proponer una Ley de ‘retiros anticipados de los Fondos de Pensiones’. El Presidente se opone y pide el pronunciamiento del Tribunal Constitucional, pero este le devuelve un yunque: ‘El TC no acoge el requerimiento’. Las piezas ofrecen el jaque mate a la Constitución de 1980.
CAPÍTULO 2: ‘CONVENCIONALES, ¡AL ABORDAJE!
Con seis millones y medio de votos válidos, el nuevo organismo quedó compuesto por un colorido crisol de movimientos y partidos. Con la Elección de Convencionales del 15 y 16 de mayo 2021 se inclina la balanza hacia el bloque ‘pro-cambio constitucional’ -y póngale el apellido ‘de izquierdas’ que quiera-. Estos suman 118 representantes; agregando a los 17 de ‘pueblos originarios’. Por su parte, el sector ‘conservador’ (que no quiere cambiar la constitución, pero igual participa para defender sus ideas) suma 37 escaños. Por años el país se había acostumbrado al empate a cero entre la familia centro- derecha de la Alianza y la centro- izquierda de la Concertación. Los números de la jornada vinieron a confirmar la bajada de aquellos estandartes y el izamiento de unos nuevos. Se habla de que al menos 77 de los 154 electos promueven ‘cambios radicales al sistema’ (CIPER).
El 4 de julio de 2021, el poder constituido en manos de la secretaria del Tribunal Electoral, Carmen Gloria Valladares, habilita el inédito proceso con la elección de la mesa directiva. Elisa Loncón -lingüista mapuche- es nombrada líder del organismo. En noticieros y matinales algunos defienden la ‘mística inicial’, otros advierten ‘desorden y confusión’. Mientras aún en las calles se siente la presión acumulada por el sobreendeudamiento, la precariedad laboral, la violencia urbana, las brechas sociales que dejó al descubierto la Pandemia, y los ‘misterios sin resolver’ en el Bio-Bio y La Araucanía. ¡Ah! También tenemos el fenómeno de la migración descontrolada en el norte.
En este contexto, el país debe enfrentar una nueva elección. Esta vez es de consejeros regionales, legisladores y Presidente, programada para el 15 de noviembre de 2012. El persistente candidato de ‘ultraderecha’ José A. Kast -que siempre se ha manifestado en contra de cambiar la constitución-, consigue la mayoría de los apoyos en la primera vuelta, con dos millones de votos. Este hecho electriza los ánimos del bloque opositor. Los vociferantes por el ‘Apruebo’ se vuelcan a contrarrestar la partida. El meydey resuena tanto en aquellos círculos estudiantiles movilizados por la educación pública en 2006 y 2011, como en el buró de los partidos de la ex Concertación que habían sido impugnados por esa generación de jóvenes. Ahora la historia los metía a todos en la misma campaña. Por babor Camila Vallejo e Izkia Siches, mientras por estribor el ex-Presidente Ricardo Lagos y Carmen Frei. Con esto sumaron 4,6 millones de votos a favor de Gabriel Boric (55%).
Apenas el nuevo gobierno toma el mando, comienza el ruido ambiente. Los ánimos de participación política elevan aún más el oleaje en plena tormenta. Con cerca de tres millones de personas apoyando alguna de las 2.476 Iniciativas Populares de Norma. Estas se adicionan a las que ya vienen trabajando los convencionales. A modo de metáfora hispánica, digamos que las propuestas van desde la defensa al derecho natural de los toros, hasta el resguardo patrimonial de las corridas de toros.
De a gotas la Convención se decanta en atolondradas disputas y confusiones. El consenso es plasmado en un texto cuya extensión y rimbombancia se cruza con el acucioso filtro del comidillo político, quienes lo tildan de ‘maximalista’, ‘irrealizable’, ‘mamarracho’. Escuchamos amenes para cada rosario y rosarios por cada rezo. Esto porque la Propuesta Constitucional 2022 se mete con todas y cada una de las instituciones conocidas. Cambia el Senado por 16 cámaras regionales, suma autonomías territoriales indígenas, paridad en todos los órganos del Estado, derechos de la naturaleza, entre otras. El nubarrón de memes por el ‘Rechazo’ resulta infranqueable para los que se abanderan con el ‘Apruebo’.
A dos semanas del plebiscito el Presidente anuncia que, en caso de triunfar la opción ‘Rechazo’, el poder Ejecutivo propondrá al Legislativo habilitar un nuevo proceso.
Por los costados emergen diversos personajes de la ex-Concertación, de esos que ya imaginábamos en el backstage. El ex Presidente Ricardo Lagos publica una carta en la que señala no estar con una ni otra opción, por considerar que ambas son legislaciones ‘partisanas’. El ex Presidente Frei Ruiz Tagle, Ximena Rincón, Soledad Alvear, se suman a un ‘Rechazo con esperanza’. Por su parte, Michelle Bachelet reaparece en el escenario con una sugerente cita a Milanés: ‘No es perfecta, más se acerca a lo que siempre soñé’. La Contraloría agudiza sus observaciones para evitar la participación de los funcionarios de gobierno en la campaña. Javiera Parada, una de las que creó el ‘Marca Tu Voto’ en 2013, se suma a promover el Rechazo bajo la consigna ‘una que nos una’. Aunque para los convencionales, los golpes bajos llegan del propio mundo de juristas chilensis, con aportes como “lo inentendible se tiene por no escrito”, o “las mayorías también pueden abusar del poder…”. Así llegamos al Plebiscito Constitucional del 4 de septiembre de 2022.
CAPÍTULO 3: ‘LA TAJADA DE TIERRA QUE SE MUERDE LA COLA’
Fueron 7.9 millones (62%) quienes optaron marcar ‘Rechazo’ a la propuesta (SERVEL). El maremoto deja a varios fuera de escena. Los denominados ‘octubristas’ y ‘noviembristas’ de 2019, son devueltos al ‘septiembrismo’ inicial, pero con un componente que suma en la saga escenas sacadas de Ciudad Gótica.
La subterránea trama delincuencial -cocinada por décadas de letargo económico-, durante el resto del año, adquiere protagonismo superfluo. Con velocidad de caída libre, la exigencia del grueso de la población ahora es más Seguridad, con mayúscula y a secas. Aun así, el nuevo gobierno se monta sobre la ola de insistir con el proceso. Y de forma contraintuitiva, la porfía de estos asuntos continúa su vía democrática por medio de los cuestionados partidos políticos. Así el 12 de diciembre de 2022, las dirigencias de los 15 principales partidos del país -de gremialistas a comunistas-, sin el Partido Republicano, firman el Acuerdo por Chile que establece doce bases para un ‘Estado social y democrático de derecho’.
Las lecciones sacadas, incentivan la creación de tres nuevos cuerpos: Una Comisión Experta, conformada por 24 miembros; un Comité Técnico con 14 -ambos electos desde el Congreso Nacional-; y el Consejo Constitucional compuesto por 51 representantes de todo el país, con reserva de paridad (25 mujeres y 25 hombres). La misión de esta triada es cuajar un texto a partir de las bases ya definidas.
Semanas antes de la nueva elección, muy pocos mostraban interés en las candidaturas. Se evidenciaba el estrés electoral por las ocho campañas en tres años. Pero en cuatro días, un par de chispazos sobre el pastizal mediático, aseguraron una abultada participación ciudadana. El noveno sufragio, ocurrido el 7 de mayo 2023, dio cuenta del carácter tectónico gestacional del proceso.
En 2013 eran 580 mil los que marcaban ‘Asamblea Constituyente’ en la papeleta. Diez años después son 9.7 millones los votos a favor de alguna candidatura al Consejo Constitucional.
El Partido Republicano -de derecha radical- sumó 3 millones y medio de votos. El pacto Unidad para Chile -del sector de gobierno- agregó 2 millones 800 mil más. Ambos sectores quedaron perfilados en cada región para las elecciones venideras. Los analistas advierten de un gran vacío en el centro.
El Partido Republicano solito se acaparó los apoyos del ‘conservadurismo’ y de los ‘liberales en lo económico mas no en lo político’ -con algunos nostálgicos de la Dictadura metidos adentro-. Y en la primera sesión del Consejo, han decidido mantenerse en la línea con la decisión de poner a Beatriz Hevia, abogada de la Universidad de Los Andes, a presidir el organismo.
Al frente se aglutinan los apoyos de ‘socialistas, comunistas, feministas, ecologistas’ y de los ‘liberales en lo político más no tanto en lo económico’ -con algunos nostálgicos del Apruebo metidos adentro-.
Por debajo les siguen los herederos más férreos del status quo de los años denominados de transición a la democracia. La UDI y RN logra 2 millones de apoyos, mientras que el PPD y la DC obtiene 800 mil. Si agregamos los 500 mil del enigmático Partido de la Gente, en total el sector de ‘derecha’ -o como se llame a estas alturas-, sumó seis millones de votos. ¡Qué paradójico!, quienes hace una década se oponían a cambiar la Carta Magna, hoy cuentan con 33 de los 51 miembros del organismo deliberativo. Es como aquella intrigante imagen del Ouroboros, la serpiente que se muerde la cola. La popa de la historia que al coger velocidad se mira la proa, o en viceversa.
Con el trabajo de la Comisión Experta se ha dado curso a un ancho camino que puede ser aprovechado o no por los nuevos protagonistas. Verónica Undurraga, quien preside la instancia, hace hincapié en crear una Constitución ‘habilitante’. Catalina Salem y Domingo Lovera destacan por lograr acuerdos respecto al rol de la Corte Constitucional, que reemplazaría al Tribunal Constitucional. La última palabra ahora sería del Congreso. También ocurre esto con la progresividad en materia de salud, educación, pensiones, vivienda, justicia territorial, saneamiento, derecho al agua. Explicado en clave del siglo pasado: El anteproyecto que viene con amarres ‘de izquierdas’ será recibido por un Consejo Constitucional inclinado hacia ‘las derechas’.
Los hitos ineludibles de esta temporada vienen recargados. El Consejo sesionará entre junio y noviembre. En aquel intertanto, tendremos elecciones en España y Argentina, la conmemoración de los ‘50 años del Golpe’, los Juegos Panamericanos en Santiago. A finales de primavera el país sabrá nuevamente de campañas, esta vez, con las opciones ‘A Favor’ o ‘En Contra’ de la Propuesta Constitucional 2023. Contando la de 2018 y la de 2022, esta sería la tercera propuesta ofertada al país. ¿Será esta la vencida?