Por Clara Salina
Artista Visual, Consultora en Medio Ambiente, Gestora Cultural. Magister en Gobierno, políticas públicas y territorio de la Universidad A. Hurtado (Chile). Estudiante del Doctorado de Sociología de la Universidad A. Hurtado (Chile)
Estamos frente a una tremenda paradoja. Tal como escribe Bruno Latour en su libro “Cara a cara con el planeta” (2017), mientras que hasta los geólogos han denominado “fríamente” Antropoceno la época de la Tierra en la cual estamos viviendo desde la mitad del siglo XX, una parte de la humanidad sigue sin creer de ser la causa de este efecto, haciéndose llevar por su propias convicciones o, tal vez, por las campañas negacionistas de ExxonMovil (Vidal, 2011; UCS, 2024) empresa que, desde hace décadas, financia decenas de instituciones públicas y privadas (UCS, 2014) para sembrar dudas sobre la realidad climática que estamos viviendo.
En un equilibrio tan precario, sean esas acciones atribuibles a un solo individuo, colectivas, o hasta delictivas, denotan el desconocimiento de las consecuencias que esos atropellos conllevan y, siempre más, apuntan a la necesidad de asunción de responsabilidad de todos y cada uno de los habitantes del planeta. De las artes también.
Más alto sea el cargo, más alta deberían ser la responsabilidad y el compromiso.
Si bien educación y comunicación sean vitales para lograr este necesario cambio de enfoque hacia el medio ambiente, la lentitud con la cual la sociedad está respondiendo indica que evidentemente no son suficientes para provocar un real cambio de actitud.
Analizando la comunicación sobre los temas climáticos, Mei-Hsin Chen afirma que, sin el uso de metáforas, falla el propósito de captar la atención y no inspira al público. Debido a que su blanco es el individuo, tampoco estimula la comunicación interpersonal y, socialmente hablando, no crea un sentimiento de pertenencia al grupo (Chen, 2022).
Desde luego, y habría que estudiar mejor el fenómeno, en los métodos y en los medios de comunicación tradicionales subyace la necesidad de estimular el sistema de consumo, sean ellos bienes o hasta las mismas noticias. Pues es ese mismo sistema de consumo, él que está a la base de la sobra explotación de los recursos de la tierra y del descuido medioambiental que nos ha llevado a la crisis climática.
Encontrar otras formas para concientizar es entonces determinante. Una inflexión artística hacia la ecología se produjo desde mediados del siglo XX y se fue intensificando con el paso de los años. Fueron sobre todo las nuevas perspectivas aportadas por el arte contemporáneo, las que propusieron un nuevo abordaje crítico sobre la naturaleza (Ardenne, 2022).
En esta línea, en Chile, en los últimos años se han organizado algunas iniciativas artísticas en instituciones públicas y privadas.
Entre ellas, “¡Ejemplos a seguir!” tuvo lugar en Valparaíso en 2017. La muestra fue parte de un proyecto dedicado a los problemas de la crisis climática, creado por la curadora alemana Adrianne Goehler, que planteaba modelos alternativos de desarrollo y estilos de vida, en un diálogo entre el arte, la política y la ecología (Donoso, 2017). Lamentablemente, según el estudio de Barbosa y otros, el impacto de ¡Ejemplos a seguir! fue susceptible de la recepción de su público local, detectando un bajo conocimiento de la problemática en si misma (Barbosa y otros, 2018). Emblemáticos de ese resultado tal vez sean estos dos ejemplos: en 2023, la Fundación Terram detectó que el 50% de los conflictos ambientales en 2022 en la V Región correspondieron a urbanizaciones y loteos que afectaron a la vegetación nativa (Radio UChile, 2023) y, en lo más sencillo, la demostración que tirar basura en el borde costero sigue siendo costumbre (Valparaisoinforma, 2025).
Mejor resultado deberían haberlo obtenido las varias iniciativas organizadas en la Región Metropolitana en donde, según una encuesta del Ministerio de Medio Ambiente del 2020, la conciencia ambiental habría aumentado hasta un 78% (MMA, 2020).
Un ejemplo entre otros, la obra Cronómetro de la artista Denise Lira. Definida por ella misma “sinfonía de la devastación”, instaló en el MAVI 1200 fardos de botellas de plástico y se tomó dos pisos del museo. Dejaba un espacio angosto obligando el espectador a avanzar entre los residuos hasta alcanzar un reloj con una cuenta regresiva. En el piso más abajo, un mar virtual cristalino remitía al peligro de perder ese tesoro (MAVI UC, 2019).
Es evidente que también en Chile, una parte del medio artístico se está paulatinamente posicionando entre las herramientas para enfrentar la crisis climática. Aprovecha del lenguaje del arte conceptual y contemporáneo que, rompiendo la relación estética unitaria existente entre el significante y el significado representados en la obra, ha otorgado al arte potencialidades expresivas previamente inalcanzables y ha permitido abrir caminos multidisciplinarios. Surge así una mirada holística, coherente con el tema climático y que puede abarcar todos los aspectos de la sociedad en su conjunto.
En 1986, Jack Burnham declaró que el arte había trasmutado del objeto a la idea y de una definición material a un sistema de pensamiento, en el cual la invisibilidad o las partes invisibles comparten igual importancia con las cosas vistas (Burnham, 1986).
Minissale considera que las obras de arte contemporáneo suscitan en sus espectadores el tipo de pensamiento implicado en la creación de relaciones y sistemas, asocian el pensamiento creativo y la resolución de problemas y que, finalmente, ejercitan la imaginación tanto de los artistas que producen las obras, como de los espectadores que las interpretan (Minissale 2013).
Sin embargo, en favor de la objetividad, no es posible no mencionar el enfrentamiento crítico que suscita la materia. Por ejemplo, la crítica mexicana Avelina Lesper declara que no es arte una obra conformada por 16 baldes coloreados llenos de agua con los cuales la artista, entrevistada por ella, declara simbolizar la condición de precariedad del recurso hídrico que se manifiesta en las “delegaciones”, es decir las actuales alcaldías de Ciudad de México.
Admitiendo también la que a veces se manifiesta como una escandalosa banalización del “concepto” a uso comercial, e.g. el plátano de Maurizio Cattelan (Jefferson, 2024), en un interesante video sobre el movimiento Fluxus, se menciona una afirmación de Alexander Alberro que declara que, con el arte conceptual, se ha desplazado el placer de la visualidad estética para situarlo en aquello intelectual (López Borrego, 2022). Desde luego, entender lo que está detrás de una obra de arte contemporáneo, a veces se asocia a la experiencia físico-estética del estupor y puede abrir conversaciones gustosas y encendidas sobre su significado.
Es decir, tal como alienta Chen, momentos colectivos de reflexión y, ojalá, de entendimiento, especialmente cuando el tema de la obra fuese medioambiental.
Referencias:
Ardenne, P. (2022), Un arte ecológico. Creación plástica y antropoceno. Adriana Hidalgo Editora – Citado en Capasso V. (2024) en Visualidad y ecocidio: imágenes contra la explotación petrolera en la costa Atlántica, Buenos Aires, Argentina
https://revistas.ucm.es/index.php/ARIS/article/view/93945/4564456568730
Barbosa T.P. y otros (2018) Experiencia estética y desarrollo sostenible: un estudio de caso, Revista de la Academia/ISSN 0719-6318Volumen 26/Primavera 2018/pp. 80-113 https://publications.rifs-potsdam.de/rest/items/item_3829892_11/component/file_3842901/content#:~:text=ejemplos%20a%20seguir!%20en%20Valpara%C3%ADso%2C%20enfocando%20las,acci%C3%B3n%20pro%2Dsostenible%20articuladas%20por%20el%20p%C3%BAblico%20(5).
Burnham J. (1986) Estética de sistemas https://www-artforum-com.translate.goog/features/systems-esthetics-201372/?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=tc
Chen, M.H. (2022), La contribución del arte a la comunicación sobre el cambio climático Revista Humanidades, vol. 12, núm. 2, e51060, Universidad de Costa Rica https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/humanidades/article/view/51060
Donoso P. (2016) ¡Ejemplos a seguir! Expediciones en estética y sostenibilidad, Artishock Revista online https://artishockrevista.com/2017/07/20/ejemplos-a-seguir/
Latour B. (2017) Cara a cara con el planeta, Ed. Siglo XXI, Argentina
Lesper A. (2025) Esto no es Arte, Instagram https://www.instagram.com/reel/DKBD81hMuAn/?igsh=ZjFmcjQ1NmYyd25n
López Borrego R. (2022) Fluxus: orígenes, características y Yoko Ono, YouTube, 2’:53”
https://www.youtube.com/watch?v=hqGNLrkJcyI
Jefferson D. (2024) Maurizio Cattelan’s duct-taped ‘banana’ artwork estimated to fetch up to US$1.5m at New York auction www.theguardian.com/artanddesign/2024/nov/07/maurizio-cattelan-duct-taped-banana-artwork-new-york-auction-sale-price-estimate
MMA, Ministerio de Medio Ambiente (2020) Tercer informe encuesta nacional ambiental aplicación del instrumento construcción del instrumento y aplicación del piloto, Gobierno de Chile http://catalogador.mma.gob.cl:8080/geonetwork/srv/spa/resources.get?uuid=c141f228-27a0-48fd-8869-abecde6af782&fname=1_%20Informe%20FINAL_23_12_20_VF2.pdf&access=public
MAVI (2019) Cronómetro. Denise Lira-Ratinoff https://mavi.uc.cl/exposiciones-pasadas/cronometro-denise-lira-ratinoff/
Minissale G. (2013) The Psychology of Contemporary Art (2013-10-10) Cambridge University Press https://assets.cambridge.org/97811070/19324/frontmatter/9781107019324_frontmatter.pdf
Radio UChile (2023) Región de Valparaíso: 50% de los conflictos ambientales corresponde a urbanizaciones y loteos que afectan a la vegetación nativa
UCS (2014) ExxonMobil Foundation & Corporate Giving to Climate Change Denier & Obstructionist Organizations https://www.ucs.org/sites/default/files/attach/2015/07/ExxonMobil-Climate-Denial-Funding-1998-2014.pdf
UCS (2024) ExxonMobil Lobbying Firm Reportedly Investigated Over Cyberattack Targeting Climate Accountability Advocates https://www.ucs.org/about/news/exxonmobil-lobbyist-dci-cyberattack-investigation
Valparaiso Informa (2025) Una gran cantidad de basura fue retirada del borde costero de Valparaíso https://www.instagram.com/reel/DHep15buPTa/