¿Por qué estoy vivo?
Por Eduardo Contreras Villablanca12 Fue un abrazo largo y estrecho, donde ambos sollozamos y reímos en el hombro del otro, un abrazo que nos indemnizó por treinta y un años. «Después de treinta años». Diego Muñoz Valenzuela. —Tienes que venir, Santiago, ustedes fueron muy amigos con Gerardo, y ya van décadas que no …











